En Diálogos por la Transformación y las propuestas que realizó durante su campaña Claudia Sheinbaum, es posible observar el horizonte actual de la educación que se propone atender. Algunos de los ejes problemáticos que ha planteado son el fortalecimiento de la educación pública de acuerdo con los principios del Artículo 3º constitucional de fortalecer la gratuidad y obligatoriedad de todos los niveles educativos: “Toda persona tiene derecho a la educación. El Estado –Federación, Estados, Ciudad de México y Municipios– impartirá y garantizará la educación inicial, preescolar, primaria, secundaria, media superior y superior”.
Otro punto nodal se refiere a la continuidad de las políticas de equidad, entre ellas las becas en todos los niveles educativos, enfatizando la atención a los jóvenes de educación media superior y superior, dado que el primero es el nivel educativo de mayor exclusión y deserción escolar en el país ya que, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, sólo 45.3% de jóvenes de 15 a 24 años asiste a la escuela (INEGI, 2022). En este punto, se considera la apertura de universidades, tal como lo hiciera en su gobierno de la Ciudad de México con la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud.
En el fortalecimiento de la educación pública y políticas de equidad: ¿hacia dónde va la educación?, María Mercedes Ruiz Muñoz -Investigadora, Alejandra Luna Guzmán -Coordinadora Académica Revista Latinoamericana de Estudios Educativos y María Fernanda Álvarez Gil – Asistente de Investigación del Departamento de Educación, Universidad Iberoamericana Ciudad de México, exponen: Otra continuidad de Sheinbaum en materia educativa son los Centros llamados Pilares que, si bien se perfilaron para ofrecer diversas acciones para jóvenes con mayores rezagos educativos, también cuentan con diversos talleres en los que se capacita a adultos. El proyecto de Pilares es de carácter educativo y sociocultural; ahí sus estudiantes reciben orientación y ejercen su derecho a la educación, al deporte, obtienen capacitación para el empleo y autonomía económica por medio de talleres, ciber escuela, bachillerato en línea y cursos para los exámenes de admisión de la UNAM y el IPN, señala El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ), plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ).
“Durante su campaña expuso la necesidad de la continuidad del modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana con los nuevos libros de texto, donde se busca que los estudiantes no basen sus conocimientos en la memorización, sino en sus contextos y regiones, y que fue construido con la participación de maestras y maestros”. Por último, “pero no menos importante, se encuentra el reto de ofrecer una buena educación a la población que vive las brechas de mayor desigualdad educativa y tecnológica, como la de los pueblos originarios, la educación rural, entre ellas las escuelas unitarias y multigrado”.
Más allá de buscar la continuidad de un proyecto educativo que no priorizó la educación y que dejó deudas con las comunidades escolares, es necesario ajustar y mejorar. Persisten algunas cuestiones como ¿cuáles son los saberes y aprendizajes curriculares y sociales que se han de fortalecer?, ¿hacia dónde hay que orientar el programa La Escuela es Nuestra?, ¿cómo lidiará -la presidenta- con la herencia educativa y los pendientes de López Obrador? Entre los sujetos olvidados aparece la población joven y adulta mayor de 15 años que se encuentra en situación de rezago educativo, con 10.4% hasta 2015 (INEGI, 2022), la educación con población migrante y la formación y recuperación de los saberes pedagógicos de los docentes. Las Escuelas de Tiempo Completo que dejaron de funcionar en casi todo el país.
De acuerdo con datos de la UNICEF en México “más de 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por diversos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. Además, los niños y niñas que sí van a la escuela tienen un aprovechamiento bajo de los contenidos impartidos en la educación básica obligatoria”. Ese es el reto, el compromiso social que tenemos con todas las niñas y todos los niños. Por ello, rescato algunas premisas y sumo elementos con el propósito de contribuir a la construcción y consolidación de la acción pública, junto con la sociedad, en todo el sistema educativo, apunta Lorena Turquie Castillo Politóloga, integrante de MUxED.
“El derecho a la educación es un derecho humano. Para ello, el derecho a aprender pasa por la articulación de acciones en todo el sistema educativo que debe llegar a las escuelas de manera oportuna y como una prioridad. Sólo con la voluntad política y acción de las autoridades educativas, las políticas públicas tendrán recursos para ser implementadas y atender por fin, esta deuda con la infancia en México. Es necesario que las políticas públicas tengan propósitos claros para que las niñas y los niños adquieran los aprendizajes fundamentales, se reduzcan las brechas de desigualdad y se amplíen sus oportunidades.
Las escuelas deben contar con condiciones adecuadas, materiales, bibliotecas escolares y de aula; docentes bien preparados; propuestas pedagógicas emergentes y accesibles; así como instrumentos y herramientas que apoyen el uso de la evaluación del aprendizaje para acompañar el avance de cada estudiante y fortalecer su preparación”, prioridades que no contempla la Nueva Escuela Mexicana.
La educación va más allá de narrativas y palabras vacías; exige cambios profundos que realmente transformen las comunidades escolares. Para lograrlo, es fundamental contar con un diagnóstico sólido que integre la participación de los distintos actores educativos y que sea pertinente a los desafíos del sistema. Es esencial tener una visión a largo plazo que trascienda sexenios y que responda a los grandes retos y dificultades que aún persisten en la realidad de niñas, niños y jóvenes (NNJ). En este sentido, hay aspectos en el sistema educativo que requieren un cambio de dirección y no sólo continuidad de las políticas existentes, opina Ángel Leyva, director de investigación en Mexicanos Primero Sinaloa.
El sexenio de López Obrador dejó deudas pendientes con las comunidades escolares. Como se ha señalado todavía hay escuelas en las que lo básico no está garantizado y carecen de las condiciones de infraestructura, equipamiento y servicios básicos que les brinden a las y los alumnos espacios dignos para aprender. Los docentes quedaron esperando la revalorización. Se abandonaron las escuelas formadoras, hubo una gran inconformidad con la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros y un deterioro de su profesionalización. Lo anterior fue muy notorio con los escasos 96 pesos que se invirtieron por docente al año (2024) para su formación continua, dejando de lado esta urgente necesidad. Esto, junto con las graves afectaciones que dejó la pandemia y la implementación de la Nueva Escuela Mexicana, que en muchos casos dejó solos a los docentes y directivos, todos ellos asuntos pendientes sin resolver.
“Es una verdad conocida que entre los grandes pendientes nacionales se encuentra el tema educativo. Más que un lugar común es una emergencia real, latente, que duele y que nos mueve a imaginar, proponer y actuar ahora, ¡no hay más tiempo!”. A 100 años de la creación de la Secretaría de Educación Pública, la visión de una mujer al frente del país invita a imaginar una deconstrucción de nuestro Sistema Educativo Nacional, con agentes que tengan la capacidad de movilizar acciones y programas educativos para dar cumplimiento al derecho a la educación.