El viernes pasado, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la reforma constitucional propuesta por el presidente López Obrador para desaparecer 7 órganos autónomos.
A espera que esto lo confirme el pleno, vamos a presenciar un retroceso de medio siglo en la construcción del Estado Mexicano.
La desaparición de estos organismos que sirven de contrapeso al poder presidencial y garantizan controles para evitar la corrupción, la opacidad y el autoritarismo son el preámbulo de la última embestida en contra del Poder Judicial, cuyo asalto se prepara para el mismísimo día en que la nueva Legislatura entre en funciones.
Morena ha concedido al Presidente su tan anhelada venganza.
Es cierto, muchos mexicanos no están familiarizados o interesados en las tareas que realizan estos siete órganos autónomos, lo que facilitó la obsesión por desaparecerlos; sin embargo, las consecuencias serán muy graves. Y cito algunos ejemplos:
El único propósito de desaparecer al INAI es que no se conozcan casos de corrupción –la Casa Gris, Segalmex, los contratos de Dos Bocas, el AIFA y el Tren Maya, entre muchos otros- y queden bajo la alfombra cómplice del propio gobierno a través de la Secretaría de la Función Pública.
La opacidad será absoluta. Los únicos datos a los que tendremos acceso serán los que el gobierno quiera entregar. Serán los tiempos de la impunidad y la censura.
Sin la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el país volverá a una economía controlada por el gobierno. Este organismo vigila y promueve que las empresas compitan entre sí para que exista mayor variedad, calidad y mejores precios en los mercados. Ahora el gobierno decidirá quienes serán las empresas privilegiadas, como sucedió con la CFE y el sector eléctrico.
En el caso del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), es el encargado de regular, promover y supervisar el uso, aprovechamiento y explotación del espectro radioeléctrico, la infraestructura, las redes y la prestación de los servicios. Ahora será el gobierno quien controle el mercado, favoreciendo a sus consentidos.
A falta de Coneval, nunca sabremos el impacto de los programas sociales ni podremos medir la pobreza. Habrá tantos pobres como el gobierno nos diga que hay. Ya no habrá quien evalúe los programas sociales ni sus resultados.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) regula la exploración y extracción de hidrocarburos en México, para propiciar la inversión y el crecimiento económico. Ahora lo hará el gobierno. Ya sabrán en manos de quien van a ir a parar los contratos.
Desaparecer a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) anuncia un aumento a las tarifas de luz. Es la CRE quien participa en la determinación de las tarifas para el suministro y venta de energía eléctrica, además de verificar que, en la prestación del servicio público de energía eléctrica, se adquiera aquélla que resulte de menor costo.
Finalmente, sin el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, no habrá más opción que la ideologización morenista a través de la Nueva Escuela Mexicana, que busca convencernos que el camino a la felicidad es la pobreza.
El gobierno medieval está en marcha…
La puntita
Extinguen la Fuerza Civil. Al inicio de su gobierno, Cuitláhuac prometió acabar en seis meses con la violencia y delincuencia en el estado. Seis años después, con lo único que pudo terminar fue… ¡con la policía!