En el marco de la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, la mañana del pasado martes 16 de julio, la Arquidiócesis de Xalapa celebró, por todo lo alto, la ordenación diaconal de los jóvenes que han terminado su Síntesis Vocacional.
Se trata de nueve egresados del Seminario que, desde hace unos meses han estado insertos en todo un proceso de síntesis en una parroquia y acompañados por un equipo de sacerdotes capacitados para el acompañamiento en estos fines.
Desde luego que se trata de un momento lleno de emociones y grandes alegrías para todos, para ellos mismos que han comenzado este camino desde hace muchos años. Un tiempo estimado de unos diez años, aproximadamente, algunos más.
Los tiempos de Dios son perfectos. Pero esto también es alegría para sus familias que han vivido de cerca, con ellos, todas las facetas, etapas y rostros de la formación, que adquiere diferentes ritmos y tonalidades, según la etapa que se curse.
Es un momento de inmensa alegría para toda la Iglesia de Xalapa, para los miembros de tantas comunidades que han conocido en cada apostolado, para sus amigos, para las comunidades cristianas, las religiosas y los religiosos, el presbiterio y la misma comunidad formativa del Seminario.
Sin duda que con su presencia en las parroquias en las que vivirán este ministerio ayudarán para que todos disfrutemos las primicias de su ordenación. En fin, es una ocasión de alegría para todos porque ellos son la respuesta concreta de Dios a un pueblo que ora, que pide sin cesar que Dios envíe trabajadores a sus campos.
El arzobispo ha dicho: “La experiencia del salmista es bellísima, ante las grandes muestras de ternura y de amor de Dios por el pueblo, ellos creían que estaban soñando, no comprendían la manera en la que Dios los iba conduciendo. Similar es nuestra experiencia en la Iglesia de Xalapa cuando miramos todo lo que el Señor ha hecho con nosotros, también sentimos que estamos soñando, ¡el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!”.
Una gran alegría abraza a todos por este gran acontecimiento, que tiene lugar en el año juvenil vocacional, lo que les recordará que ese es el horizonte a su ministerio, un ministerio siempre joven y comprometido con las vocaciones en todas sus expresiones. Esta celebración renueva el compromiso adquirido en el bautismo de vivir siempre en una entrega y servicio a los demás, la vocación compartida por todos.