Ganar la presidencia de la República y hacerlo de manera contundente, obteniendo un triunfo singular que le concedió gran legitimidad, fue apenas el comienzo. Con la presidenta Sheinbaum, las mujeres han llegado sin titubeos al podio, el poder de decisión y, sobre todo, la capacidad de ejecución de las políticas públicas. Tomaron la estafeta y el timón de México para dirigir todos los esfuerzos para terminar con las condiciones de desigualdad y falta de oportunidades entre las y los mexicanos y entre las regiones de la gran nación. El arribo de las mujeres al poder señala el inicio para emprender la cuesta de modificar o añadir la visión femenina a un mundo con predominio masculino.
En Veracruz, con la gobernadora electa Norma Rocío Nahle, se prepara para asumir el cargo el próximo primero de diciembre, con la premisa de que, si bien ha vuelto a recorrer toda la entidad, centrará sus esfuerzos, en una primera etapa, en atender con sentido de apremio el flagelo de la inseguridad pública, municipios más pobres de la geografía veracruzana, donde todo hace falta.
Rocío Nahle ha levantado la vista y afina un proyecto de gran cuidado que será el principio de una nueva era, por lo pronto ha ocupado su tiempo en dialogar con todos los alcaldes y hacer gestiones para madurar sus proyectos y arrancar sin perder ni un minuto en materia de salud y educación, que es un derecho y único camino para la transformación cultural, base de cualquier otro cambio que se aspire.
Armando su agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin duda como lo he comentado aquí en múltiples ocasiones la presencia en la Secretaría de Gobierno de un operador político profesional como Ricardo Ahued, que como hace mucho tiempo no se veía, le dará al estado de Veracruz la armonía y un ambiente de paz y la tranquilidad porque como él lo mencionó "Veracruz no es un juego, no merece juegos, no merece corrupción, no merece perversidad”. Hay que dejar eso claro, porque pasar a la historia es muy fácil, elígela: podrido o para bien.
Lo dijimos en este espacio y volvemos a insistir en el tema la Universidad de Oxford publicó su medición de pobreza hace dos semanas.
Esta medición incluye a 112 países siguiendo una misma metodología multidimensional que estima directamente carencias dentro del hogar. De acuerdo con este cálculo, el porcentaje de pobres en México aumentó de 4.14% a 5% de la población entre 2020 y 2022. Esto parece contradecir la caída en la pobreza que encuentra Coneval en ese mismo periodo.
Oxford mide la pobreza con base en 10 indicadores agrupados en tres temas a los que le da el mismo peso: salud, educación y estándar de vida. En salud incluye dos indicadores que son nutrición y mortalidad infantil, en educación son años de educación y asistencia a la escuela y el estándar de vida, se mide a través de electricidad, agua potable, combustible para cocinar, instalación sanitaria, vivienda y activos del hogar.
Es interesante notar que el porcentaje de pobres, de acuerdo con Oxford, es mucho menor que el estimado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que es el órgano encargado de medir la pobreza de forma oficial en México. Para el primero, el porcentaje de pobres es el 5%, mientras que, para el segundo, este porcentaje asciende a 36.3% de la población en 2022.
El Coneval mide la pobreza con una combinación de medición por ingreso y multidimensional (similar en este sentido a la de Oxford) que mide el acceso a seis derechos sociales como educación, nutrición y vivienda.