El cerebro es el órgano que controla las funciones del cuerpo como el pensamiento, el razonamiento, las emociones, la memoria, el movimiento, la respiración, incluso la frecuencia cardiaca, la digestión y los sentidos. Este recibe información y la procesa, además de que está formado por dos hemisferios y contiene miles de millones de neuronas, células nerviosas que envían información a todo el cuerpo.
El cerebro es el único que se estudia a sí mismo; le gusta el placer y es el órgano más complicado que existe. Se adapta al medio en donde se desenvuelve, además, se va estructurando desde el nacimiento hasta la etapa del crecimiento, por ello, es importante desenvolverse en un ambiente favorable para generar experiencias positivas en la etapa de desarrollo. En las etapas evolutivas se depende de algunos factores externos, por ejemplo, el ambiente donde te desarrollas, la comida, la dieta, el ejercicio que realizas y el contexto familiar. Todo esto influye y tiene que ver con tu cerebro, no obstante, en cada momento se reconstruye, se forma y se cambia según lo que tú estás viviendo y los aprendizajes en la experiencia. Cada cerebro es único y funciona según el contexto de la persona.
Al intestino se le conoce como el segundo cerebro, porque se dice que este también tiene neuronas y están interconectadas con el cerebro; una buena alimentación favorece al cerebro y quiero decir que hay neurotransmisores, según estudios, cuya base depende de lo que se come. Existen alimentos ricos en fibra, eso hace que tu digestión sea adecuada, no así el exceso de azúcar porque daña el cerebro. Una dieta balanceada favorece el desarrollo del cerebro y lo mantiene en buenas condiciones. El cerebro consume dos cosas, según mi investigación, oxígeno y glucosa, por consiguiente, es necesaria una buena dieta, si es que queremos tener un cerebro que funcione al cien.
Nos hemos preguntado por qué no aprendo rápido como otras personas, la respuesta sería porque no hemos cuidado bien nuestro cerebro; podemos prescindir de cualquier otra parte del cuerpo, pero del cerebro no, en él está quien eres, los recuerdos, el conocimiento y la conexión con el mundo. Por ello, es importante poner atención en cultivar el cerebro, ¿cómo?, con una buena alimentación, haciendo ejercicio físico y mental, es necesario dormir por lo menos de seis a ocho horas diarias, el descanso es necesario, así como el manejo del estrés, aunado a un contexto favorable y relaciones con personas positivas y propositivas. El sueño es importante para la salud del cerebro, un sueño reparador permite el descanso del cuerpo, pero también del cerebro. Muchas veces no se duerme bien y al día siguiente le exigimos al realizar actividades cognitivas y responde, pero ello le provoca estrés; lo interesante es entenderlo para actuar en consecuencia.
El que cuida a su cerebro lo ama y lo educa, ama el saber, y el que lo descuida es en realidad un tonto. Dios nos creó con un cerebro estupendo y el verdadero desarrollo del hombre es, en parte, el cerebro, por ello es necesario llevar una vida digna y prudente, conociendo las necesidades de su ser, entre ellas la del cerebro, con un recto proceder, pues es capaz con mucha facilidad de generar prácticas y experiencias religiosas y espirituales que favorecen su desarrollo.