En efecto, tienen mucha razón los hombres y mujeres cercanos a Xóchitl Gálvez, cuando semanas posteriores a la conformación del Frente Amplio por México descubrieron las “cualidades” de Alito Moreno y su estado mayor, en eso de hacer alquimia electoral.
Justo cuando quedan como posibles candidatos a la presidencia de la República Beatriz Paredes, Santiago Creel, Enrique de la Madrid y Xóchitl Gálvez, ya se percataron el círculo cercano a la hidalguense del as que tiene guardado la cúpula del partido tricolor para sacar adelante a la exgobernadora de Tlaxcala como la candidata única del Frente, y competir contra Claudia Sheinbaum y el candidato que surja de Movimiento Ciudadano.
Lo había comentado hace mes y medio, en un desayuno, a dos de los columnistas más importantes del estado de Veracruz, y consideré que alguno de ellos lo llegaría a describir en sus muy leídos artículos que publican de lunes a viernes en infinidad de periódicos y portales electrónicos a lo largo y ancho del estado, pero al ver que no, y ahora que me platicaron, después de la reunión que el pasado viernes tuvo la >cúpula naranja< en la Ciudad de México, la inquietud y zozobra que permea en el cuarto de guerra de Xóchitl, pues vale la pena comentar el plan siniestro de los tricolores para lograr el propósito de derrotarla, movilizando toda la estructura política-electoral para meter centenas de miles de votos a favor de Beatriz Paredes, cosa que lo pueden lograr por dos razones:
1.- La enorme experiencia que tienen, como “operadores políticos” desde hace décadas, que lograban convertir sus derrotas en victorias, sin importar los medios que para el caso utilizaran.
2.- la inmoralidad y antiética que poseen no todos los y las priistas de México (porque hay que reconocer que hay tricolores sanos, capaces y con principios y valores democráticos), no así los generales de ese instituto político, cuyo presidente y secretario general son verdaderos pillos electorales, perversos, antidemocráticos y muy pero muy colmilludos, que lograron desbaratar los acuerdos que apenas el año pasado habían acordado los tres partidos que integran el Frente Amplio por México.
Y mire usted, amable lector, si no: cuando decidieron ir juntos el año pasado en las elecciones de Estado de México y Coahuila, acordaron en la mesa de negociación los tres partidos políticos (PRI, PAN y PRD), que fuera la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional el instituto político que decidiera, dentro de sus filas, quiénes serían sus candidatos, escogiendo a la priista Alejandra del Moral para el primero, y al también priista Manolo Jiménez Salinas para el segundo, en el entendido que, en consecuencia, sería el Partido Acción Nacional el que decidiría quién sería él o la candidata por la Ciudad de México y a la presidencia de la República.
Así quedó el acuerdo, mismo que lo hicieron público y fue conocido en todo el país. Entonces ¿qué sucedió para que hoy esté Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid compitiendo para ser candidata o candidato a la primera magistratura del país, si no son panistas?
He allí la maña, para no decir otra cosa, de Alito Moreno y Carolina Viggiano Austria (esposa de Rubén Moreira Valdez, brazo derecho de Alito), que se comieron vivos a Marko Cortés -primordialmente- y al dirigente nacional del PRD, para revivir al muerto, es decir, para dejarle toda la posibilidad al PRI de que uno o una de sus militantes pueda ser la candidata a la presidencia de la República y vencer con su bien organizada red de “operadores políticos” que tienen en todos los municipios de México, el 3 de septiembre, a Xóchitl Gálvez, cuyos apoyadores civiles y/o panistas no tienen la “escuela priista de ganar elecciones, cuando las perdieron en las urnas”.
Ahora, estimados amigos y amigas simpatizantes de Xóchitl, o se preparan para cazar mapaches electorales de aquí y hasta el 3 de septiembre o prepárense a ser comparsa solamente en la elección federal del próximo año.
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