Este domingo pasado, miles de mexicanos salimos a las calles, salimos por amor a nuestros hijos, a nuestros nietos, a nuestra familia, a nuestro país, por eso una ola rosa pasó por todo el país, y como dice el Himno Nacional, se sintió el “retiemble en sus centros la tierra”.
Y aunque el color rosa causó mucha polémica con el inquilino de Palacio Nacional, los ciudadanos salimos a decir pacíficamente que el rosa es mexicano, y representa nuestra libertad, nuestra democracia, nuestra vida y que México merece más.
El uso de los colores no es exclusivo de nadie, pero los mexicanos que salimos pacíficamente el pasado 19 de mayo, así nos quisimos identificar, porque no somos lo que dice el Presidente, no somos traidores a la patria, somos ciudadanos que amamos a nuestras familias y a nuestro país.
Es inverosímil que una marcha, que las consignas y un color causen tanta irritación en una persona, más cuando en esta efervescencia electoral el oficialismo dice que va en aumento, entonces ¿por qué tanta preocupación?
Acaso su inquietud es la pésima administración que tuvieron en estos casi seis años, o será los más de 180 mil muertos que lleva este gobierno encima; o los más de 30 candidatos asesinados que no aparecerán en las próximas boletas electorales, pero lo que más le preocupó al oficialismo fue el color rosa.
Es por eso que este domingo, la “marea rosa” demostró no solo en México, sino en diversas partes del mundo, que no se quiere más continuidad, no se quiere más segundos pisos, porque siempre se le caen a este gobierno, este domingo marchamos con la nueva esperanza para este país, marchamos con Xóchitl Gálvez, la mujer que gobernará con fuerza y corazón por México, la mujer que promoverá la vida, la verdad y la libertad.
La “marea rosa” no utilizó el color representativo de una institución, fue el color que los mexicanos escogieron para luchar por la democracia, pero en el fondo sabemos que no fue un color el que causó esa inquietud, sino que este gobierno sabe que a las dictaduras nunca las han tirado los partidos políticos ni los colores, sino los ciudadanos.
Por ello este domingo miles de mexicanos salimos a las calles de la Ciudad de México y de más de 100 ciudades, horas antes del tercer y último debate presidencial, y llenamos el Zócalo y las plazas de la República, y no cabe duda que el próximo 2 de junio también llenaremos las urnas.
*Senador por Veracruz. PAN