/ lunes 12 de octubre de 2020

¿La Presidenta del Tribunal ya se va?; ambiciones por UV y OPLE

Aunque un buen número de jueces, abogados, consejeros de la Judicatura e incluso magistrados la quieren ver fuera ya, habría condiciones para que Sofía Martínez Huerta continúe como presidenta del Tribunal Superior de Justicia.

El Poder Judicial de Veracruz está lejos de vivir una buena etapa, por los reclamos públicos de magistrados y personal, y los no tan públicos pero igual de fuertes por parte de jueces, dada la falta de pericia para resolver problemas por parte de su presidenta.

Y también por el manejo del dinero, que han querido borrar sacando a la luz otros supuestos escándalos del pasado reciente.

Hasta ahora la magistrada Sofía ha podido aguantar el vendaval, porque ha sido apuntalada desde el Poder Ejecutivo y mientras el respaldo siga, ella continuaría con la representación del Poder Judicial, salvo que sea descubierto otro error garrafal o la Suprema Corte de Justicia, a planteamiento de magistrados inconformes, decida otra cosa.

Hay quienes ya le veían fuera a más tardar el próximo año, pues empezó a correr la versión de que estaba por cumplir 70 años, lo que implicaría su renuncia automática al llegar al límite de edad para desempeñarse como magistrada.

Pero no es así. Hace menos de un mes cumplió 67 años, así que sin ningún problema -por la edad- podría terminar su periodo como presidenta y después de eso, pasar a retiro. Eso sí, ya no le daría para estar al frente del Poder Judicial en un segunda etapa.

Por lo pronto, este fin de año será renovado el Consejo de la Judicatura, uno de sus grandes dolores de cabeza porque tiene a la mayoría de los consejeros en contra.

Saldrán de ese organismo el magistrado Andrés Cruz Ibarra y la maestra Carla Rodríguez, así es que las cosas pueden cambiar a su favor.

Si el gobernador Cuitláhuac García desea sostenerla le enviará a un aliado por parte del Poder Ejecutivo y la magistrada presidenta tendrá que negociar -algo que no se le da, pero deberá mejorar- para cubrir con otro afín el hueco que dejará Cruz Ibarra.

Así es que si algunos o muchos ya le veían fuera muy próximamente, eso creo que es más improbable que si se cree que se quedará. Además no debe perderse de vista cómo es el gobernador con sus colaboradores y aliados: le gusta sostenerlos.

El próximo año, en Veracruz, no solo habrá elecciones de alcaldes, legisladores locales y de diputados federales, lo que será en julio.

Pasados esos comicios habrá otras elecciones, que no por el número reducido de votantes, serán menos peleadas e interesantes.

Una será la elección del nuevo rector o rectora de la Universidad Veracruzana, dentro de diez meses aproximadamente. Pocos han levantado la mano, ahora, pero los grupos al interior de la UV ya se mueven, y al exterior le deben tener la vista encima.

Desde que es autónoma, la Universidad, sea como sea y resultados aparte, ha tenido a auténticos universitarios como rectores: Víctor Arredondo, Raúl Arias y Sara Ladrón de Guevara.

Lo menos que se espera es que, para no enturbiar un sector que está relativamente tranquilo, el sucesor sea otro universitario con méritos.

La otra es la del consejero presidente o consejera presidenta del Organismo Público Local Electoral (OPLE), que depende de lo que digan los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), pues ahí es donde se hace la selección y elección.

El relevo de Alejandro Bonilla mucho dependerá del resultado de las elecciones constitucionales del próximo año y cuan fortalecido o debilitado quede el INE.