Hoy día, las sociedades viven una época de rápidos y constantes cambios culturales, científicos, humanísticos, laborales y tecnológicos, situación que plantea nuevos desafíos a la educación en función de su sentido, papel y responsabilidad. En este contexto, se le exige a la escuela formar ciudadanos capaces de aprender hoy y prepararlos para una participación responsable en un mundo en permanente transformación, para continuar aprendiendo a lo largo de su vida. En este nuevo escenario social, los alumnos que cursan la educación básica requieren conocer más acerca del mundo en el que viven. Han dejado de ser espectadores del proceso educativo porque los medios les posibilitan, de manera instantánea, el acceso a información que se presenta a través de textos, sonidos, imágenes, animación, videos y posibilidades de interactividad (SEP). Esta información resulta en muchas ocasiones poco precisa, mal estructurada e informal, lo que tiene una fuerte repercusión en el ámbito educativo.
“Vemos que las tecnologías se desarrollan con rapidez incontrolable, se imponen en nuestra vida diaria y la afectan, a veces sin darnos cuenta de su impacto y consecuencias. La información puede encontrarse con sólo teclear en un buscador de Internet o con el uso de los diversos medios de comunicación masiva (radio, televisión, prensa, entre otros). La escuela pública de educación básica en el siglo XXI no es la principal fuente del conocimiento. Hoy día, otras instancias sociales, públicas y privadas ofrecen información a niños y jóvenes acerca del mundo contemporáneo que ya no sólo se transmite a través de sus maestros y sus libros de texto”.
Es necesario establecer el compromiso de mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, particularmente de aquellos que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad, niños y adolescentes que no consiguen progresar según el ritmo esperado debido a su desventaja de origen. De ahí la necesidad de que los profesores y las escuelas desarrollen sus capacidades para permitirles contrarrestar la desventaja formativa de los alumnos socialmente menos favorecidos.
Al cobijo de estas premisas, la Escuela de Tiempo Completo (ETC) se pensó en el periodo gubernamental 2012-2018 como una estrategia educativa que tiene como objetivo ampliar las oportunidades de aprendizaje y fortalecer el desarrollo de competencias de los alumnos conforme a los propósitos de la educación básica, aprovechando la extensión de la jornada escolar. Las escuelas de jornada ampliada disponen de mayor tiempo para centrar la atención en los aprendizajes de sus alumnos. Buscan el desarrollo armónico e integral al responder a las necesidades, aptitudes e intereses de los alumnos. Los maestros se encuentran en posibilidad de consolidar aprendizajes en lectoescritura y expresión oral; el análisis, la curiosidad intelectual y el sentido crítico para fortalecer el razonamiento científico y el pensamiento matemático; promueven las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas para el estudio y el aprendizaje; tienen la oportunidad de enseñar una segunda o tercera lengua; ofrecen diversos acercamientos al arte y la cultura para desarrollar su sensibilidad y sus sentidos; orientan para fomentar una vida saludable a través de actividades que promueven la formación de hábitos de nutrición e higiene y de ofrecer alimentos en la escuela, además de reconocer la importancia de cuidar el cuerpo mediante actividades recreativas y de desarrollo físico en las que el juego y la convivencia tienen un papel central.
En su momento Pablo Latapí señalaba: “El día en que México lleve a cabo la gran revolución educativa que requiere tendrá que ampliar sustancialmente el tiempo de la jornada escolar en su educación básica. Recuperar aquella escuela “de mañana y tarde” (de siete horas diarias que significaban 35 horas semanales) que hace 30 años algún secretario de Educación redujo… a cuatro horas y media (22.5 horas semanales) argumentando la conveniencia de aprovechar mejor los locales escolares y optando por establecer el doble turno en vez de elevar los salarios de los maestros. Esta será una de las condiciones indispensables para reformar a fondo la educación nacional”. Latapí, Pablo. “La ampliación de la jornada escolar”. Proceso, núm. 1072. México, 17 mayo de 1997.
Al evaluar el gobierno de Peña Nieto uno puede señalar muchos desaciertos y promesas incumplidas, pero el caso de las ETC 24 mil 250 bajo esta modalidad ofrecieron sus servicios en el sexenio. Para el ciclo escolar 2015-2016, el programa contó con un presupuesto de 6 mil 819 millones de pesos, lo que representa un incremento de mil 68 respecto al ciclo anterior, en beneficio de 3.6 millones de alumnos y alumnas (SEP 2016). Estas escuelas brindaron un servicio educativo en los mismos 200 días lectivos que los demás planteles, durante una jornada extendida de entre 6 y 8 horas. Cada plantel que brindó alimentación contó con un comité integrado por las familias de los alumnos que, de manera voluntaria, apoyaron diariamente este servicio, contribuyendo al desarrollo de las actividades de la escuela, bajo la supervisión del coordinador del servicio de alimentación en cada escuela. La premisa básica de las ETC fue garantizar el derecho a una educación de calidad con equidad para las niñas y los niños que les posibilite un mejor futuro.
Ahora sin partir de una evaluación diagnóstica sobre aquella experiencia educativa que permitiera observar desaciertos y logros de las ETC, la Secretaría de Educación Pública, bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, señala que buscará una educación más completa para todos los niveles: sobre todo el básico. “Bajo el esquema de “nueva escuela mexicana”, el actual Gobierno Federal busca que los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria tengan una formación mucho más completa en el tema físico y artístico. Por ello, se extenderá el horario de clases y se impulsará la mejora constante en las condiciones que estudian los niños, niñas y jóvenes del país”.
Si bien Claudia Sheinbaum anunció los cambios en educación durante su toma de protesta, la SEP aún no especifica cuándo comenzará el nuevo horario de clases para los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, ni mucho menos la fecha en que se añadirán nuevas materias para la educación integral -suponemos para enseñar educación física y artística- que se busca en este nuevo sexenio. Por su parte, Mario Delgado Carrillo, titular de la SEP, enfatizó la importancia de adoptar el modelo de la Nueva Escuela Mexicana y sugirió convertir los Consejos Técnicos en comunidades de aprendizaje para intercambiar experiencias, mejorar los aprendizajes y las metodologías de enseñanza. De esta manera, las maestras y los maestros tendrán más tiempo para este tipo de ejercicios de mejora y servirá de diálogo entre ellos, y no será un mandato de la autoridad que les imponga más trabajo burocrático”. Como siempre los maestros serán los responsables del cambio en la formación de los alumnos.