Apenas empezaba a saborear su apretado triunfo -¿con ayuda?- y Rocío Nahle recibía ya mensajes de que debe sentarse a negociar con el que se considera en Veracruz el grupo más fuerte dentro de Morena.
Sin el voto de nosotros no gana, comenzaron a decir los que creyeron ciegamente en que Patrocinio Cisneros sería el candidato y la realidad los golpeó, pero aún no la asimilan.
Debe trabajarse por la unidad y Huerta ganó las encuestas, fue lo primero que declaró Patrocinio, jefe del grupo que si bien no ganó, sí exhibió la limitada fuerza con la que llega la exsecretaria de Energía.
Lo que Cisneros dijo cuando expresó que Huerta ganó las encuestas es que Nahle no las tiene todas consigo, como trataron de hacer ver, y al exhortar a que tiene que trabajarse por la unidad manda el mensaje de que deben llamarlo a negociar o de lo contrario hará lo que le convenga.
Fraude, imposición, es lo que repiten los seguidores del exsecretario de Gobierno, como lo gritaron el sábado en reunión en Otatitlán.
También repiten el mensaje de que “la señora sin el voto de nosotros no gana” o baladronean en el sentido de que “ellos tienen que buscarnos a nosotros”. ¿Es así? Veamos cómo está el asunto.
Supuestamente Rocío Nahle tenía todo el respaldo de López Obrador y de Cuitláhuac García para ser la candidata de Morena a la gubernatura. A estas alturas está claro que del Presidente sí, pero del Gobernador quién sabe, al menos no en el nivel de todo.
De no haberse permitido la participación de Cisneros en la contienda interna toda la fuerza del gobierno hubiera trabajado para la exsecretaria de Energía y la candidatura la hubiera ganado Nahle sin problemas sobre Manuel Huerta, pero alcaldes, diputados y liderazgos de Morena trabajaron para hacer triunfar a Patrocinio.
Ahora Morena tiene una candidata, en un estado tan importante como Veracruz, que arranca con apenas 16 puntos (Huerta 15 y Patrocinio casi igual), cuando otro cercano a AMLO como Javier May de Tabasco ganó con más de 50 puntos.
Así las cosas, Nahle deberá pensar muy bien quiénes de sus ahora cercanos y fieles colaboradores realmente le sirven para ganar la gubernatura y en quiénes de sus aliados puede seguir confiando, porque hay motivos para desconfiar.
¿Y qué pasará con todos los alcaldes, diputados y liderazgos de diversos grupos que apoyaron a Patrocinio? Dicen varios que la señora los necesita y sí, para ganar no puede empezar haciendo a un lado a los de su propio partido, pero tampoco esos morenistas que estuvieron con quien basa su discurso en la negritud pueden exigir mucho, porque si apuntalan a Nahle como lo hicieron con Cisneros en la contienda interna qué futuro le espera a la amiga del Presidente.
¿Tienen la fuerza real como para esperar sentados a que los llamen a negociar o mejor que empiecen a arreglar sus cuentas públicas?
EN EL PAN los consejeros veracruzanos aprobaron por abrumadora mayoría que puede haber alianza, es decir, dan luz verde a la conformación del Frente Amplio Opositor. Solo unos cuantos trataron de engañar con la versión de que no sería así.