La semana pasada acudimos a la gran celebración del pueblo en el Zócalo de la Ciudad de México por el quinto aniversario de que el pueblo de México, mediante elecciones, eligió un rumbo y modelo diferente de país.
El 1 de julio de 2018 se realizaron elecciones presidenciales y el pueblo eligió, una vez más, el camino de la izquierda; y digo una vez más porque las dos veces anteriores hubo fraudes electorales que impidieron el cambio.
Así que ante la fecha, acudimos a la invitación que sólo unos días antes el Presidente hizo en lo que consideramos el corazón de México. Como siempre que convoca Andrés Manuel, fuimos miles los asistentes, miles.
El día sábado fue un día de fiesta en la capital, todos los que nos dimos cita estábamos tan contentos como aquel día hace cinco años. Música, baile, sonrisas, pura alegría en cada adulto, joven y niño que acudió. La verdad esa tarde, como aquel 1 de julio de 2018, celebramos el haber sido tan necios y nunca dejar de pensar y trabajar por otro mundo posible.
De las celebraciones de hace cinco años, hoy puedo recordar las muy diversas razones por las que nos emocionamos:
En primer lugar festejabamos que esta vez, a pesar de los intentos, no ganó el fraude electoral. Que después de 70 años de gobiernos priistas y panistas, al fin tendríamos un gobierno que velaría por el bienestar de las mayorías y no de las élites que eran dueñas del país; que al fin veríamos un sistema económico que ya no fuera el neoliberalismo y que con el nuevo gobierno habría una política encaminada al bien común. Celebrábamos estar ante un cambio por la vía pacífica, y no por la vía armada como han sido las más grandes e importantes transformaciones del país (Independencia, Reforma y Revolución). Festejamos que un humilde hombre originario del sur del país tomara las riendas que siempre han pertenecido a puros miembros de las élites mexicanas. Razones teníamos de sobra y por eso volvimos a festejar de nuevo, porque a pesar de todo, el nuevo rumbo de México continúa, a pesar de los muchos palos en la rueda que le ponen los que antes tenían el poder.
Ahora creo que sería bueno revisar otros éxitos del Presidente que nos han dado tantas razones para seguir celebrando:
A cinco años tenemos mucho más que celebrar: grandes y necesarias obras públicas como el AIFA, la mejora de refinerías y la compra de dos nuevas –las cuales, dicho sea de paso, para el próximo año nos proporcionarán soberanía petrolera y no volveremos a depender del petróleo extranjero–; el nuevo Tren Maya que en diciembre se inaugurará haciendo que el tren de pasajeros vuelva al país, así como el desarrollo para una parte de México que había sido olvidada y sólo saqueada, el sur.
A lo anterior sumemos la estabilidad del peso con un tipo de cambio que hacía años no veíamos y que es reflejo de la confianza de los inversionistas en el país, gracias al buen manejo de la economía de parte de AMLO y su equipo; el aumento del salario mínimo; las pensiones para las discapacitados y personas de la tercera edad en el país; las becas escolares para todos los niveles; el arraigo de la gente de los estados donde solía haber altos niveles de migración, y que ahora, gracias a los apoyos al campo y a la producción primaria, se quedan en el país.
Definitivamente cómo no vamos a celebrar si todo, además, se dio en medio de una pandemia, y, aunque sólo queda un año de gobierno más o menos, vendrán muchos más cambios y beneficios al pueblo mexicano. Pues, como lo anunció el Presidente, ahora va a trabajar 16 horas al día por el resto de su administración.
Pues cómo no íbamos entonces a celebrar si lo que estamos viviendo no es sólo una época de cambios sino un cambio de época.
Facebook: @ManuelHuertaLG
Twitter: @ManuelHuertaLdG
Instagram: manuelhuertalg
TikTok: manuelhuertalg
Youtube: @ManuelHuerta
Threads:
manuelhuertalg