Con la próxima creación de la Secretaría de la Mujer en México, el país da un paso histórico hacia la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. Esta decisión no solo responde a las demandas de justicia de millones de niñas, jóvenes y mujeres, sino que también constituye una victoria simbólica y práctica, que por fin coloca a los temas de género en el centro de la política pública. Impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum y encomendada a la próxima titular de dicha secretaria, la exsenadora Citlalli Hernández.
Así, esta Secretaría representa un reconocimiento explícito de que los problemas que afectan a las mujeres requieren atención específica y un enfoque institucional que coordine los esfuerzos en todas las esferas del gobierno. El contexto de violencia, desde la doméstica hasta los feminicidios, la discriminación y la falta de acceso a derechos básicos que enfrentan muchos es devastador y multifacético.
Casos como el de la menor en Querétaro, acusada por abortar a sus 14 años e incluso obligada a pagar más de medio millón de pesos a su violador, dejan en evidencia la falta de políticas públicas con enfoque de género que atiendan, protejan y respeten a las mujeres en situaciones vulnerables. En lugar de recibir apoyo médico y psicológico, esta joven fue criminalizada, exponiéndola a una doble victimización por el sistema de justicia de ese estado y por la falta de garantías de acceso a derechos reproductivos.
La próxima Secretaría de la Mujer permitirá construir estrategias de intervención y prevención, desde una perspectiva de género, que no solo protejan a las mujeres, sino que también promoverán un cambio en la cultura patriarcal que aún predomina. Bajo el liderazgo de Citlalli Hernández, conocida por su compromiso en temas de igualdad y derechos de la mujer, esta dependencia tiene el potencial de generar cambios tangibles y de trazar una línea clara de acción contra el machismo institucional que permea en algunos estados y la violencia de género.
La creación de esta Secretaría también tiene implicaciones más amplias en materia de derechos reproductivos, justicia y bienestar. En lugar de estigmatizar a las mujeres que toman decisiones sobre sus cuerpos, se promoverá una cultura de respeto a los derechos sexuales y reproductivos. Casos como el de Querétaro no deberían repetirse. Con políticas públicas bien diseñadas, esta Secretaría podrá intervenir -como ya lo ha hecho la próxima secretaría aun sin el cargo formal-, para que niñas y mujeres tengan acceso a una red de apoyo integral, tanto en educación como en salud y seguridad.
Es un momento clave para México: la Secretaría de la Mujer es una oportunidad de oro para transformar la visión de género en políticas públicas y reflejar una postura de respeto y protección hacia los derechos de todas. Este es solo el comienzo de una nueva era para las mexicanas, una donde la justicia, el respeto y la equidad estén al frente de la agenda nacional de la presidenta Sheinbaum.
@AniluIngram