/ viernes 18 de octubre de 2024

Veracruz y el Plan Nacional de Vivienda

El derecho a una vivienda digna es un derecho humano fundamental, y en México, se ha convertido en una necesidad cada vez más apremiante. Atinadamente, una de las primeras acciones de la presidenta Claudia Sheinbaum es lanzar el Programa de Vivienda y Regularización, una iniciativa ambiciosa que busca construir un millón de viviendas y regularizar un millón de escrituras durante su administración.

Este programa se propone, no solo como un proyecto de construcción, sino como un plan integral para enfrentar el déficit de vivienda que afecta principalmente a los sectores más vulnerables del país.

Esta política de vivienda representa un cambio significativo en comparación con las políticas neoliberales de administraciones pasadas. En sus palabras, “no es construir viviendas por construir viviendas”. Esta diferencia subraya la filosofía de la Cuarta Transformación, en la cual el derecho a una vivienda adecuada se entiende como un componente esencial del bienestar y la dignidad humana.

Durante décadas, la vivienda se ha tratado como una mercancía, donde la especulación y la construcción masiva se centraban en zonas alejadas, dejando desprotegidas a las personas que más necesitan un hogar cerca de sus lugares de trabajo y servicios básicos.

El programa contempla la construcción de 500 mil viviendas a través del Infonavit para trabajadores afiliados, y otras 500 mil mediante la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para quienes no tienen acceso a este instituto. Con una inversión total de 600 mil millones de pesos, la iniciativa prevé beneficiar a una gran variedad de grupos sociales, incluidos jóvenes, mujeres jefas de familia, adultos mayores y comunidades indígenas. Además, se ha puesto un enfoque especial en construir viviendas en áreas urbanas bien conectadas, facilitando el acceso a transporte, centros educativos y espacios de trabajo.

El objetivo es más amplio que el de construir casas: es el de fortalecer el derecho humano a un techo seguro, asequible y digno. En este contexto, la Sedatu coordinará la inversión y supervisará la construcción de viviendas en todo el país, priorizando las zonas con mayor necesidad donde, por supuesto, está incluido nuestro Veracruz.

Para el estado de Veracruz, se estima que el programa podría aportar alrededor de 30,000 nuevas viviendas, beneficiando especialmente a personas de bajos ingresos y jóvenes. Asimismo, se desarrollarán unidades habitacionales en zonas seguras, no propensas a desastres naturales, como medida preventiva ante fenómenos climáticos comunes en la entidad.

Este enfoque promete no solo viviendas nuevas, sino también la mejora y ampliación de 450 mil viviendas en áreas de alta marginación, creando millones de empleos directos e indirectos.

Un aspecto innovador de este programa es la creación de un Programa de Vivienda en Renta para jóvenes, diseñado para aquellos que aún no están en condiciones de adquirir una propiedad. Con precios asequibles, que no superarán el 30% de los ingresos del arrendatario, estas viviendas se ubicarán en zonas urbanas con acceso a servicios y transporte. Este modelo representa un cambio en la política de vivienda al ofrecer opciones de arrendamiento dignas y económicas, además de las tradicionales opciones de compra.

La Cuarta Transformación ha manifestado su intención de romper con las políticas habitacionales del pasado, en las que miles de viviendas quedaron abandonadas debido a su ubicación poco estratégica y la falta de planificación a largo plazo. Hoy, el enfoque es construir viviendas en lugares estratégicos, asegurando que las personas tengan acceso a todos los servicios necesarios para una vida digna.

Sin duda, el Programa de Vivienda y Regularización de la presidenta Claudia Sheinbaum representa un paso decisivo hacia la consolidación del derecho humano a la vivienda en México. Así, al término de su sexenio, millones de personas podrán tener un hogar seguro, accesible y digno, cimentando así el compromiso del Estado mexicano con el bienestar de su pueblo.

@AniluIngram

El derecho a una vivienda digna es un derecho humano fundamental, y en México, se ha convertido en una necesidad cada vez más apremiante. Atinadamente, una de las primeras acciones de la presidenta Claudia Sheinbaum es lanzar el Programa de Vivienda y Regularización, una iniciativa ambiciosa que busca construir un millón de viviendas y regularizar un millón de escrituras durante su administración.

Este programa se propone, no solo como un proyecto de construcción, sino como un plan integral para enfrentar el déficit de vivienda que afecta principalmente a los sectores más vulnerables del país.

Esta política de vivienda representa un cambio significativo en comparación con las políticas neoliberales de administraciones pasadas. En sus palabras, “no es construir viviendas por construir viviendas”. Esta diferencia subraya la filosofía de la Cuarta Transformación, en la cual el derecho a una vivienda adecuada se entiende como un componente esencial del bienestar y la dignidad humana.

Durante décadas, la vivienda se ha tratado como una mercancía, donde la especulación y la construcción masiva se centraban en zonas alejadas, dejando desprotegidas a las personas que más necesitan un hogar cerca de sus lugares de trabajo y servicios básicos.

El programa contempla la construcción de 500 mil viviendas a través del Infonavit para trabajadores afiliados, y otras 500 mil mediante la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) para quienes no tienen acceso a este instituto. Con una inversión total de 600 mil millones de pesos, la iniciativa prevé beneficiar a una gran variedad de grupos sociales, incluidos jóvenes, mujeres jefas de familia, adultos mayores y comunidades indígenas. Además, se ha puesto un enfoque especial en construir viviendas en áreas urbanas bien conectadas, facilitando el acceso a transporte, centros educativos y espacios de trabajo.

El objetivo es más amplio que el de construir casas: es el de fortalecer el derecho humano a un techo seguro, asequible y digno. En este contexto, la Sedatu coordinará la inversión y supervisará la construcción de viviendas en todo el país, priorizando las zonas con mayor necesidad donde, por supuesto, está incluido nuestro Veracruz.

Para el estado de Veracruz, se estima que el programa podría aportar alrededor de 30,000 nuevas viviendas, beneficiando especialmente a personas de bajos ingresos y jóvenes. Asimismo, se desarrollarán unidades habitacionales en zonas seguras, no propensas a desastres naturales, como medida preventiva ante fenómenos climáticos comunes en la entidad.

Este enfoque promete no solo viviendas nuevas, sino también la mejora y ampliación de 450 mil viviendas en áreas de alta marginación, creando millones de empleos directos e indirectos.

Un aspecto innovador de este programa es la creación de un Programa de Vivienda en Renta para jóvenes, diseñado para aquellos que aún no están en condiciones de adquirir una propiedad. Con precios asequibles, que no superarán el 30% de los ingresos del arrendatario, estas viviendas se ubicarán en zonas urbanas con acceso a servicios y transporte. Este modelo representa un cambio en la política de vivienda al ofrecer opciones de arrendamiento dignas y económicas, además de las tradicionales opciones de compra.

La Cuarta Transformación ha manifestado su intención de romper con las políticas habitacionales del pasado, en las que miles de viviendas quedaron abandonadas debido a su ubicación poco estratégica y la falta de planificación a largo plazo. Hoy, el enfoque es construir viviendas en lugares estratégicos, asegurando que las personas tengan acceso a todos los servicios necesarios para una vida digna.

Sin duda, el Programa de Vivienda y Regularización de la presidenta Claudia Sheinbaum representa un paso decisivo hacia la consolidación del derecho humano a la vivienda en México. Así, al término de su sexenio, millones de personas podrán tener un hogar seguro, accesible y digno, cimentando así el compromiso del Estado mexicano con el bienestar de su pueblo.

@AniluIngram

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