Crear archivos audiovisuales y conciencia sobre la importancia del cuidado y preservación de estos materiales generados de manera local y regional es un pendiente en las distintas zonas de México, opina la archivista Tzutzumatzin Soto.
En entrevista en su visita a Xalapa con motivo de la 19ª edición de Ambulante, gira de documentales, describió como un problema la inmediatez actual y la escasa incorporación de prácticas de cuidado del cine digital.
¿Qué dijo la archivista Tzutzumatzin Soto sobre el cine?
A diferencia del cine producido en el siglo pasado, el cual todavía se puede ver, el digital tiene una vida corta, explica la activista de la preservación y el acceso público a los archivos audiovisuales.
Quien ha trabajado en la Cineteca Nacional para la salvaguarda de acervos videográfico, iconográfico y digital, considera fundamental compartir algunos cuidados de autopreservación.
“Uno se preocupa y cuida lo que le es más cercano”, expresa la programadora de Ambulante, quien en la capital del estado imparte un taller “para pensar en que las películas que se pueden ver ahora, también se puedan ver en el futuro”.
No es heredar algo tangible para dentro de 500 años, aclara, sino para tomar en cuenta que el cine se creó a finales del siglo XIX y aunque pocos, sí hay restos de lo visto por aquellos cinéfilos.
Subraya que lo digital requiere de otras medidas, y solo para pensar la posibilidad de poderlos ver en 10 o 20 años.
“Si se hace hincapié y se da apoyo para la producción documental regional, que también se incorporen prácticas de cuidado de esas películas para ampliar el público”, indica.
Considera que los cineastas piensan en conseguir fondos, producir la película, tener el espacio de exhibición y pareciera que después de tres años ya no pasa nada.
“La realidad es que en el cine digital hay que hacer acciones continuamente para los discos duros, los ‘softwares’ donde se reproducen… En sentido profesional pasa lo mismo que con los celulares”, dice.
Tzutzumatzin Soto considera que sí es una problemática que se debe atender, y también declara que lo regional tiene resultados más profundos, además, el cineasta pueda ser responsable de su propia obra.
En la Galería de Arte Contemporáneo, mostró algunas imágenes de otras épocas de Xalapa; el fin, puntualiza, es que tanto las autoridades como los realizadores y la sociedad civil reconozcan el valor del audiovisual.
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Archivos audiovisuales
Además de los cineastas, piensa que las instituciones públicas y ciudadanía organizada tendrían que hacerse a la idea de la existencia de lugares de resguardo de imágenes para generar las políticas públicas.
“Cuando ves imágenes de otra temporalidad construyes otra relación con tu entorno, hay sentido de pertenencia y cuidado. Es muy repetitivo, pero sí tienen que ver con la memoria e identidad”, reitera.
En cuanto a la posibilidad de crear archivos audiovisuales, cree que es difícil hacerlo solo pero no imposible si se impulsan los proyectos organizados con instancias municipales, estatales y federales.
“Sí es importante y factible pensar en espacios públicos de memoria; la memoria se construye con fondos públicos e interés públicos. Son agentes de activación de comunidad”.
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¿Qué son los archivos audiovisuales?
Aclara que mientras una videoteca es un espacio que se puede centrar solo en video, si se habla de archivos audiovisuales, son espacios que cuidan, recopilan comparten, investigan y narran materiales de diferente índole.
Expone que ya hay sitios de resguardo pero se debe avanzar en lo regional, en la tecnología material de video y pensar esas actividades para multitud de formatos habidos y por conocer.
Los archivos audiovisuales, señala, no solo debe ser pensados como espacios de almacenamiento sino también de encuentro y diálogo.
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