Fortín, Ver.- Cuando la creatividad es insuficiente para plasmarse en un papel o un muro, siempre existen otras superficies para poder expresar lo que sientes: la piel por ejemplo. Y es ahí donde Lourdes García González ha encontrado su verdadera pasión.
Arquitecta por profesión, tatuadora por convicción, Lourdes García señala que marcar la piel de otras personas con su arte le ha dado grandes satisfacciones y, aunque no vive directamente de ser tatuadora, sí ha logrado una importante trayectoria.
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Con 31 años de edad, Lourdes García ha aprendido a mezclar la ilustración, la pintura y el tatuar para poder sostenerse, mejorar su equipo de trabajo y alcanzar parte de sus sueños personales participando en algunas exposiciones en municipios vecinos de la zona centro.
¿Cómo aprendió a tatuar?
“Un día vi un video de una chava que era tatuadora, eso fue hace como cinco o seis años, y dije: por qué no hacerlo y entonces comencé a hacerlo, pasaron como dos años hasta que llegué con unos compañeros con los que trabajé haciendo murales y uno de ellos me enseñó a tatuar”, dice.
Relata que poco a poco se ha ido introduciendo al mundo del tatuaje, primero con diseños muy pequeños para reducir los márgenes de error, pero con el paso del tiempo ha ido perfeccionado su técnica alcanzado a hacer tatuajes con un mayor grado de complejidad o detalles, logrando el reconocimiento de quienes ha “rayado”.
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“Yo creo que con la ilustración que hago, poco a poco he ido metiéndome ahí en exposiciones, voy a bazares porque el vivir de la pintura o la ilustración es un poquito difícil, entonces siempre hay que andar buscándole los medios para ir creciendo”, relata a El Sol de Córdoba.
Cuenta que inicialmente se inclinó por la arquitectura pues creía que ahí aprendería técnicas para dibujar cuerpos o algo que le ayudara a mejorar su arte, no obstante decidió terminarla para darse el gusto de haber terminado una licenciatura, sin embargo, lo suyo siempre fueron las artes y la pintura.
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¿Cómo detectó su pasión por tatuar?
“Yo me acuerdo que de niña, desde el kinder, me gustaba mucho hacer los dibujos y desde ahí siento que fue naciendo y poco a poco, cuando llegué a la preparatoria decidí tomar la pintura como algo más enserio y así he ido avanzando”, cuenta desde su estudio de trabajo.
Pero no solo plasma su arte en la piel, también ha hecho murales y pinta superficies que le han dado reconocimiento a nivel regional y precisa que siempre el arte será su pasión.