NOGALES, Ver.- Monumentales, grandes o pequeñas, con negras trenzas, coloridos aretes y sombrero, vestidas elegantemente de colores y con un maquillaje único lucen las catrinas de la Casa del Arte de Nogales, que en esta época engalanan los altares que se preparan especialmente para recibir a los fieles difuntos.
La figura terminada atrae las miradas. La silueta delgada, aunque fúnebre y colorida, impone; pero más allá de la misma figura de la muerte, lo que más se admira es el trabajo que requiere su elaboración, así como el cuidado que se debe tener para detallar la misma.
Josué Samuel Hernández Luna, encargado del taller, relata que él lleva haciendo figuras con papel china y cartonería casi once años, pero ese arte es herencia que adoptó de la familia Domínguez, a la que pertenece su esposa, quien comenzó a trabajarlo desde hace más de 35 años.
FIGURAS MÁS PEQUEÑAS REQUIEREN TRABAJO MÁS DETALLADO
Pareciera que hacer una catrina pequeña o mediana es más sencillo por el tamaño, sin embargo, el trabajo necesita más tiempo y mayor detalle, las manos son hechas a base de alambrón y se forran con cartonería.
Es más difícil hacer las piezas pequeñas en cuestión de rapidez. Para las grandes se hacen las estructuras y se trabaja más rápido, ahí el secado es más lento, pero ideando lo secamos rápido
Una pieza pequeña se arma en dos días, el secado lleva otros 2 días con buen clima; el blanqueado, la pintura y darle color se lleva otros dos; de manera que en una semana elaboran cuatro o cinco.
TODAS LAS CATRINAS SON ÚNICAS
Los diseños y la decoración de cada una son propios y únicos. “En la decoración nos apoya mucho mi esposa, que es la que le mete pincel a todo para que lleve el toque femenino, les pone el colorido en la cara, la decoración en los vestidos. Hacemos equipo en todo, una cuñada de mi esposa también les echa pintura para sacar el arte a flote”, refirió.
PONEN SU SELLO PARTICULAR AL MEZCLAR MATERIALES
En la elaboración de las espigadas figuras mezclan materiales como carrizo, papel con engrudo, varilla, alambre galvanizado, pre cocido, alambrón para que tengan dureza y firmeza y se forran de cartonería.
Uno de los trabajos más laboriosos, señaló, ha sido el de una catrina monumental de cinco metros que hicieron para el municipio de Coscomatepec, Pueblo Mágico. Ese, mencionó, se debe hacer con un mes o mes y medio de anticipación pues etapas como el secado del cartón requiere varios días, además de buenas condiciones meteorológicas; sin embargo, cuando el tiempo apremia buscan el apoyo de gente que sepa de soldadura y de medidas de estructura; “eso es lo que hace que el trabajo vaya funcionando bien”, destacó.
A MAYOR DEMANDA SE HACE TRABAJO EN EQUIPO
Cuando la demanda aumenta piden el apoyo de maestros cartoneros de diversas partes del país, ya que cada uno se especializa en algo diferente, como es el caso de Carlos Arredondo “El Torito”, que hace estructuras a base de carrizo; Óscar Vega “El niño de cobre”, quien participó en el desfile de los monumentales de México; incluso de la familia, como su cuñado, quien estudio arquitectura y le sabe al metal.
Como ellos ya trabajaron antes esto, nos complementamos; las ideas, el trabajo, la mano de obra; todo debe hacerse en grupo para que los trabajos puedan lograrse
LAS FIGURAS SE COTIZAN BIEN EN EL MERCADO
Al traducir el trabajo y material que utilizan en pesos, señaló que las piezas grandes en el mercado se llegan a comercializar de cinco mil pesos para arriba; mientras que el de las pequeñas oscila entre los 500 y 800 pesos cada una.
Las de 1.30 metros se comercializan entre dos mil o tres mil pesos dependiendo de la decoración y detalle.
VERABRIJES, EL SELLO DE LA CARTONERÍA REGIONAL
Si bien en esta temporada las catrinas es lo que más se elabora y comercializa. La cartonería es mucho más para Josué y su familia, quienes poco a poco adquieren un lugar dentro del Arte Popular Mexicano.
Nuestro sello son los Verabrijes que son hechos con papel china, llevan una estructura de alambre, por dentro, periódico con engrudo y sobre eso se trabaja el papel China
Muestra de lo que se está convirtiendo en una artesanía típica de esta zona es la Olla Verabrije que está en el Museo de Calvillo, en Aguascalientes, representando al Pueblo Mágico de Orizaba.
“Nuestro trabajo, gracias a Dios, ha salido y está en Estados Unidos también; lo estuvimos promoviendo en el Arte Popular Mexicano y vamos poco a poco tomando un mercado que es difícil, pero no imposible; porque poco a poco y al trabajo diario, constante lo hemos ido posicionando”, concluyó.