TENERIFE. Los cortometrajes mexicanos “Shell shock”, de Emilio Ramírez Castro y “Somos pajaritos”, dirigido por Gabriela Badillo aspiran a un Premio Quirino en la séptima edición de estos galardones creados para promocionar y poner en valor la animación de la región iberoamericana. Los ganadores serán anunciados este sábado en una ceremonia que se celebrará en el Teatro Leal de San Cristóbal de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999.
En “Shell shock”, “Cain” y “Abe” son dos hermanos que se enlistan como soldados británicos durante la Primera Guerra Mundial. Su deber es eliminar a todo soldado que deserte del campo de batalla. “Cain” es un hombre fuerte y rudo, con más experiencia como soldado, a diferencia de su hermano menor que acaba de unirse al ejército. Con la ayuda de “Cain”, “Abe” aprenderá a dejar de lado su humanidad para cumplir con su trabajo sin remordimientos, sin importar quién esté al otro lado del rifle.
“Somos pajaritos”, es un cortometraje en el que, a través de bailes y juegos, niños y niñas migrantes que viven en un albergue de Reynosa, Tamaulipas, en la frontera de México con Estados Unidos, compartieron sus sueños e historias de esperanza. El filme de animación muestra cómo viven la migración estos pequeños.
Los cineastas manifestaron a El Sol de México su felicidad por ser finalistas en estos premios de la animación iberoamericana y explicaron como surgieron ambos proyectos.
Gabriela Badillo, directora de arte y creativa, co-fundadora de la productora de contenidos audiovisuales Hola Combo, expuso que la organización Médicos sin Fronteras se acercó a ella a partir de otro proyecto, “68 voces, 68 corazones”, y de ahí salió la idea de hacer un taller en uno de los albergues donde tienen un apoyo psico-social a la población migrante para hablar con los niños y niñas y conocer sus reflexiones.
Explicó que se usó la técnica de animación porque se trata de temas muy importantes, muy fuertes, que vive no sólo México sino todo el mundo, y que hay que abordar con cuidado, sobre todo cuando se trata de niños y niñas. “Por ello no queríamos mostrar videos, sólo eran las voces, y también para que entrara este imaginario, porque queríamos que la gente conozca estas historias y empatice con toda esta población que no sólo son estos niños, está en todo el mundo, buscando un lugar mejor”.
Destacó la importancia y lo especial que es trabajar con niños y niñas. “Siempre me ha encantado el ingenio que tienen al hablar, la creatividad, no sólo la dulzura sino la espontaneidad con la que cuentan las historias, escuchar el razonamiento de ellos a esa edades me parece importante; finalmente siguen siendo niños, es más fácil ver a los adultos sumidos en una depresión, en la pesadez del día a día, pero los más pequeños están jugando, pasando el día, y lo más poderoso e increíble que tienen es esta resiliencia para, a pesar de toda la frustración, tener una esperanza sobre el futuro y el porvenir”.
Emilio Ramírez Castro, cuyo primer proyecto como director es “Shell shock”, aseguró que esta idea surge en el contexto en el que creció, pues sus padres se han dedicado a la historia y a la cultura y entre ellos hablaron mucho de los conflictos de las guerras mundiales y de lo crudas que podían ser para la raza humana.
“Para mí fue muy interesante analizar las consecuencias de que podemos cometer tantas barbaridades, pensando ahora en el conflicto Rusia-Ucrania, o el de Israel y Palestina, parece que la gente no termina de recibir el mensaje, la historia hace todo menos recordarnos lo que no debemos de hacer”, dijo y destacó que en el cortometraje también está el mensaje sobre las masculinidades tóxicas, esta idea de que el hombre debe abandonar su humanidad y dejar de sentir cosas para sobrevivir, para estar por encima y ser despiadado.
Ramírez Castro quiere seguir tratando en sus proyectos fílmicos el tema antibélico. “Se siguen llevando a cabo masacres en lugares como Palestina, Ucrania, y eso que no estoy tocando América Latina, los feminicidios, vivimos en un estado de violencia constante, y trato de plantear esta realidad a partir de la animación, que me permite contar historias de manera más libre, sin la necesidad de mucho presupuesto”.
Un total de 25 títulos de siete países compiten en las 10 categorías de los premios. Con 16 candidaturas, España encabeza la lista de países con más nominaciones seguido de Brasil con siete y Chile con tres.
Argentina, México y Portugal están presentes con dos obras cada uno, mientras que Colombia cuenta con una candidatura. Por primera vez desde su creación, los Premios Quirino alcanzaron la paridad de género en categorías tan importantes como Largometraje y Serie de Animación.
La animación española acapara las nominaciones en la categoría Mejor Largometraje con tres de las cuatro obras finalistas, incluyendo dos óperas primas dirigidas por mujeres: “Hanna y los monstruos” de Lorena Ares y “El sueño de la Sultana” de Isabel Herguera.
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También optan al premio “Robot Dreams”, primer largometraje de animación del director bilbaíno Pablo Berger que este año fue finalista en los Oscar y ha ganado en los Premios Goya, los Feroz y los Platino, entre otros; y el film noir argentino “El Paraíso”, de Fernando Siriannu y Federico Moreno Breser.
Los Premios Quirino anunciaron, en el marco de esta 7ª edición, la creación de la Residencia Quirino para productores ejecutivos en una nueva apuesta por fortalecer la industria de la animación iberoamericana, un espacio de formación único en el mundo busca fomentar la coproducción y el codesarrollo de obras, así como incentivar la colaboración entre productores de animación de esta región conformada por España, Portugal y los países de América Latina.
La primera edición de la Residencia Quirino, cuyas bases se darán a conocer próximamente, tendrá lugar en la isla de Tenerife en mayo de 2025.