A bordo de una bici cargada de libros, Teresita, Sandra y Jesús Manuel Ponciano Carrera visitan algunos barrios de Maltrata para compartir con infancias y adolescencias la magia de la lectura.
Los tres hermanos son originarios de Maltrata y desde 2015 han venido construyendo un espacio para acercar a las niñas, niños y jóvenes a la lectura, la escritura y el arte. Para ello conformaron el colectivo Entre cumbres y costumbres, mediante el cual desarrollan diversas actividades de fomento a la lectura, talleres, presentaciones de libros, entre mucho más.
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La lectura y el arte son un derecho
La directora del proyecto es Teresita Ponciano Carrera, quien nos comparte cómo surge la inquietud de impulsar la lectura en Maltrata.
“La iniciativa nace desde mi experiencia lectora, mi padre fue maestro y aunque murió muy joven, dejó sus libros que pronto aprendí a leer; posteriormente, estudié Lengua y letras hispánicas en Puebla, donde conocí varias bibliotecas. También conocí a escritores importantes y me cuestionaba por qué en Maltrata no teníamos acceso a ese derecho; porque la lectura y el arte son un derecho. Cuando terminé mis estudios no dudé en iniciar un proyecto en donde los niños y la población en general pudieran acercarse a la literatura desde una manera democrática”, explica la gestora cultural.
El colectivo Entre Cumbres y Costumbres se ha venido consolidando poco a poco gracias al apoyo que se dan entre hermanos, pero también de amigos y voluntarios que creen en el proyecto y en la necesidad de que la población, principalmente los infantes, tengan acceso a un espacio para leer, imaginar y divertirse.
“Inicialmente mi hermana Sandra y yo empezamos a dar talleres en los barrios con unos cuantos libros; después mi hermano Manuel nos empezó apoyar. A lo largo de estos nueve años han colaborado muchos amigos y escritores: Edél Iván Calderón, Temoc Wetzka, el escritor Antonio Granados, Sergio Andricaín, la maestra Edith Gómez Larios, Elman Trevizo, Norma Muñoz, y mis amigas que participan de manera permanente: Mariana Peralta Peralta, Guadalupe Ponciano”, indica.
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¿Qué actividades realiza Entre cumbres y costumbres?
El colectivo lleva a cabo diversas actividades itinerantes, temporales y permanentes. Teresita Ponciano explica que la principal es la Sala de Lectura “Diario garabato”, la cual abre todos los martes.
“Contamos con más de 200 libros que van desde poesía, literatura mexicana, literatura clásica, literatura latinoamericana y libros infantiles; damos talleres dirigidos a niños, tenemos servicios de préstamos, presentaciones de escritores, talleres de arte y diversas actividades lúdicas”, explica.
La sala de lectura se ubica en calle Javier Mina s/n, zona centro de Maltrata: “es un espacio de la familia que hemos destinado para resguardar los libros. Abrimos la sala de lectura los días martes en un horario de 4:00 a 6:00 de la tarde”.
Ponciano Carrera agrega que el proyecto tiene varias líneas estratégicas para acercar a la población a la lectura; por lo que además de la Sala, dan talleres de narración oral para despertar el gusto por compartir la palabra.
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Asimismo, se han dado a la tarea de documentar las historias orales que se rescatan mediante el diseño de sus propios libros, materiales bibliográficos y “también tenemos dos documentales que cuentan, en voz de nuestros abuelos, parte de la historia de Maltrata, uno de ellos se llama: Entre danzas, versos y sones e historias que nos cuentan”.
Como parte de la suma de voluntades, colabora con ellos el Club de abuelitos “La edad de oro”, quienes han participado en talleres de poesía y narración oral; y, cuando el tiempo lo permite, “vamos a los barrios en una bici en donde llevamos los libros para compartirlos con los niños”.
¿Por qué es importante el proyecto para Maltrata?
Ubicado en la zona de las Altas Montañas de Veracruz, Maltrata es un municipio de alta marginación; de acuerdo con cifras del Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago social 2023 de la Secretaría del Bienestar, 60.4 por ciento de la población vive en pobreza, y de ese porcentaje, 23.9 en pobreza extrema.
Esto se traduce en rezago educativo y bajo acceso a rubros como seguridad social, servicios de salud, servicios básicos en la vivienda y alimentación nutritiva y de calidad.
Teresita Ponciano explica que en Maltrata “no hay espacios democráticos que ofrezcan a la población el acceso a sus derechos culturales”; por lo que su proyecto atiende esta necesidad a través de sus talleres artísticos y acceso a literatura infantil, pues ofrecen materiales especialmente para niños y niñas.
Señala que uno de los retos que enfrentan es “la indiferencia de las autoridades municipales; simplemente no les interesa el tema, a ninguna administración le ha interesado apoyar el proyecto”.
También señala que pese a brindar un servicio gratuito, otra tarea es despertar interés en las familias para que lleven a sus hijos a la sala de lectura y “concientizarlos de que la lectura va más allá de una actividad escolar”.
“La literatura nos ofrece una lectura del mundo, un abanico de pensamientos, sentimientos, formas de vida, lugares y palabras que ninguna otra actividad nos da”.
Y agrega que como manifestación del arte, “la literatura es una experiencia que nos conecta con las sensaciones y con lo que somos; la literatura es un espejo en donde nos podemos ver reflejados y al mirarnos tomar conciencia de quienes somos y tener conciencia del otro”.
Entre cumbres y costumbres, a punto de su décimo aniversario
Ponciano Carrera comparte que el año que viene estarán cumpliendo sus primeros 10 años de labor, y que en ese marco se preparan porque el objetivo es abrir otros espacios para las infancias de Maltrata.
“Queremos celebrarlo abriendo otros espacios de lectura con los niños que llevan varios años y que han crecido con nosotros; también queremos ir a las comunidades de Maltrata, porque son dieciocho y, desafortunadamente, en ninguna hay espacios dirigidos a las infancias”, expone.
En este momento forman parte activa del proyecto, además de Teresita, Sandra y Jesús Manuel Ponciano Carrera, Mariana Peralta Peralta, Florivel Domínguez y Jesica Domínguez. No obstante, hacen un llamado a que se sumen padres y madres de familia, hermanos mayores y abuelitos.
“Pueden venir a leer a los niños, ellos pueden ser mediadores de lectura; los abuelitos pueden venir a contar historias, de esa forma nos apoyarían mucho”, asegura.
El proyecto sigue adelante con trabajo y esperanza, la cual se torna por momentos difícil porque es un colectivo autogestivo: “muchas veces compramos materiales con nuestros recursos; sin embargo, a lo largo de los años, resulta difícil mantener el proyecto en pie”.
Quienes gusten colaborar se aceptan donaciones, principalmente materiales de papelería como hojas de color, cartulinas, diversos tipos de papel, telas, acuarelas, colores, plumones, etcétera. Para saber más sobre cómo apoyar o conocer más del proyecto se puede consultar su página de Facebook: Entre cumbres y costumbres.
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