Edificada a finales del siglo XVIII en lo que hoy es Enríquez esquina con Insurgentes, la otrora Posada Francesa y Posada Veracruz es considerada una de las construcciones de Xalapa que mejor conserva su estilo colonial. Conocida con el paso de los años con el nombre de Centro Recreativo Xalapeño, esta casa se caracteriza por tener columnas labradas en piedra, portón original y un patio central donde se encuentra ubicada la fuente más antigua de la capital del estado.
A pesar de no haber una fecha precisa, una gran cantidad de herrajes de caballos encontrados en la calle Jesús García sugieren que el CRX fue dividido en dos con el paso de los años y lo que se puso en venta fue por donde entraban las diligencias.
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Era en esa zona y en San José adonde llegaban los visitantes procedentes del puerto de Veracruz y Ciudad de México; se hacían los cambios y descansos de los caballos.
De acuerdo con investigaciones del cronista Vicente Espino Jara, los inicios de la historia de este emblemático lugar se pueden construir a partir de los planos existentes y los comentarios escritos de personajes que se alojaron en este hostal.
Explica que en los planos de 1776 solo aparece como predio baldío, pero la construcción inicia al poco tiempo, pues para 1830 ya hay una referencia en un libro. Es Guillermo Coppel quien dice haber visitado un sitio muy limpio de habitaciones espaciosas con una bella fuente al centro.
Otra evidencia es la que deja Juan Mauricio Rugendas, el pintor alemán de paisajes latinoamericanos, quien crea la acuarela “Descanso en el patio de una fonda francesa en Jalapa” y la fecha el 28 de agosto de 1831.
Esto permite ver que los elementos arquitectónicos todavía están presentes, enfatiza Espino Jara, quien ha encontrado referencias a la posada realizadas por Melchor Ocampo y la marquesa Calderón de la Barca, aunque de ella no es tan clara su descripción.
De quien no hay dudas es del escritor Manuel Payno, quien refiere haber estado en la Posada Veracruzana, y es que para 1843 ya había cambiado de propietario. El primero fue un francés. Su observación fue de desagrado ante lo que llamó “un furor de limpieza”, pues lavaban dos o tres veces al día con cubetadas de agua en una ciudad donde llovía mucho, con el consecuente exceso de humedad.
En 1846 aparece un comentario sobre la hija del dueño, una joven rubia de singular belleza, y en posteriores años hay muchas más alusiones. Se habla de la existencia de árboles de naranjas —agrias, para que no las cortaran—, así como mesas largas donde se jugaba a las cartas desde las 9 de la mañana y hasta bien entrada la noche.
La cronología elaborada por el cronista de la ciudad incluye que en 1847 los militares Ambrosio Alcalde y Antonio García fueron retenidos en este lugar antes de ser fusilados por los invasores norteamericanos, motivo por el cual hay placas y bustos en su memoria.
El político y escritor Guillermo Prieto también se hospedó en la conocida como “Casa de las diligencias”. Hay la acotación de la “Calle de las Damas” (Insurgentes), pues era una zona donde se desarrollaba la prostitución.
¿Cómo era el inicio de 1900 en Xalapa?
Para 1909, el CRX aparece como Oficina de Correos y en 1913, como sede de un centro de diversión y esparcimiento para los trabajadores y obreros, en un tiempo en el cual eran muy marcadas las clases sociales.
Allí se celebraron fiestas populares. En invierno, el baile azul y rosa, y en primavera, el blanco y negro, amenizados por orquestas. Después las instalaciones fueron habilitadas para villar y, aunque no hay informes ni inventarios, sí hay libros con sellos que sugieren que en algún momento también fue una biblioteca.
La casona cayó en desinterés hasta que la tomó el Gobierno del Estado y la entregó al ayuntamiento de Xalapa. Declarado monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Centro Recreativo Xalapeño hoy es un espacio vivo.
Administrado por Israel Zúñiga Martínez, expone obra plástica, gráfica y artesanías en sus dos salas. También programa actividades artísticas y culturales. En reconocimiento a mujeres destacadas, la sala uno está dedicada a Alicia Ávila de Fernández y la dos, a la primera médica cirujana de Xalapa, Ernestina Quijano Gamboa.
Además, tiene el foro Guadalupe Balderas, con 36 butacas y equipo de iluminación, audio y video. Igual que con los espacios expositivos, lleva el nombre de una mujer con amplia trayectoria en el arte escénico.
Desde este mes, también aloja a una librería del Fondo de Cultura Económica. Hoy por hoy, es un sitio de puertas abiertas donde lo primero que se aprecia es la antiquísima fuente dedicada a Ximena, “la niña lectora”.
Nota publicada en Diario de Xalapa