Para fomentar el hábito de la lectura en los pequeños es importante en primer lugar no darles teléfonos inteligentes desde que son bebés y practicar la lectura en voz alta, afirmó José Luis Martínez Suárez profesor de la facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana.
"Leer en voz alta realmente modifica todas las estructuras de pensamiento, pero hace volar la imaginación. Entonces, no prohibir el uso de pantallas inteligentes, pero sí dosificarlas y hacer hasta lo imposible, porque el acto comunicativo de la palabra fluya, eso es fundamental", dijo tras recibir el reconocimiento al Mérito Universitario en Promoción de la Lectura.
En el marco del Festival de la Lectura región Xalapa "Leer es un Placer" afirmó que el uso del teléfono celular más que un obstáculo, es una formulación cultural para la que no estábamos preparados, tal y como se está usando ahora.
"Entonces, se puede usar inteligentemente y hacer que fluya el conocimiento, que ahora está al alcance de un clic, pero no ocurre así; se trata de un proceso de educación. No prohibir, pero sí dosificar".
La lectura se recomienda, remarcó, desde que el pequeño está en el vientre, “cuando la madre está embarazada, puede tomar libros y leer en voz alta, y eso va a impactar”.
Al recordar que su madre le leía cómics y su padre le contaba historias, señala que él estuvo en contacto con la palabra desde que tiene uso de razón.
“Y mis padres no estudiaron, no hicieron estudios, pero sí tuvieron la sensibilidad de hablarme constantemente. Entonces la lectura en voz alta y la palabra a la hora de comer, después de tomar café, es decir, palabra. Pero ahora los padres he visto, los padres jóvenes, que cuando el niño está inquieto lo que hacen inmediatamente es darles el teléfono celular y ahí se pierde todo el proceso comunicativo. Hay que fomentar la palabra”.
El distractor fundamental para la lectura, remarcó, “es tener la nariz metida en la pantalla negra y se anula todo el proceso de comunicación”.
Ejemplificó que cuando grupos de jóvenes están reunidos, todos tienen su teléfono encendido y están mirando su pantalla y no hablan.
“Entonces, no hablan entre sí, eso es algo que hay que fomentar, la palabra viva. Cuando se sabe conectar comunicativamente con una comunidad, realmente cualquier tema abre posibilidad al desarrollo de otros temas. Hay algo que se llama desarrollo de la capacidad de relación, que no es otra cosa más que precisamente el fundar un proceso comunicativo a partir de un tema. Y ese tema se conecta con otro y ese con otro y se va creando conocimiento de manera amable”.
Por su parte, Lorenzo Portillo y David Aarón Estrada del Grupo Merequetengue dijeron que faltan espacios para la lectura pues muchos lugares han sido abandonados.
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“Hay espacios públicos que han sido abandonados, están llenos de maleza, no tienen iluminación y eso provoca que las niñas y los niños estén en su casa, al margen de un teléfono celular al que le das clic y no sabes qué universo te va a recibir”.
Por ello consideraron que el parque o jardín que están cerca de tu casa deben ser compartidos y si lo son en actividades lúdicas, recreativas, serán espacios seguros.
Los creadores del proyecto del Árbol de la Palabra, que es un trabajo comunitario donde promueven la lectura y una cultura de paz para las infancias, pero también para las familias, en donde promueven la lectura y la palabra en voz alta, dijeron que actualmente hay un bombardeo en tecnologías por lo que la niñez no siempre tiene acceso a los libros.
“Ahora, la precipitada vida nos hace que papá y mamá trabajen todo el día ¿Y qué tiempo tenemos para leerles a nuestros hijos y a nuestras hijas en casa? Entonces, cada vez se producen más estos espacios. Y lo que hemos hecho nosotros es promover este espacio al aire libre, debajo de un árbol, todos los domingos, cada domingo, con estas personas que nos ayudan a compartir estas lecturas en voz alta”.
Refirió que hay casas de cultura abandonadas por la Secretaría de Cultura y por los propios ayuntamientos, “son muchas casas de cultura que están cerradas en nuestro estado, Xalapa es una ciudad privilegiada, pero ¿qué pasa con la zona norte, la zona sur, Coatzacoalcos, Nanchital, y todas esas zonas en las que no hay una sola actividad artística para los niños?”, cuestionó.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa