Córdoba, Ver.- La música y el baile recorren sus venas cada que escucha alguna melodía que puede interpretar, es la historia de Wendy Balderas Báez, quien desde hace 24 años es bailarina de danza folklórica en esta ciudad de Córdoba.
Su pasión por el baile inició en la preparatoria cuando cursaba el primer semestre en el Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz (Cobaev) Plantel 12, estaba registrada en la paraescolar de música sin embargo, cada que escuchaba bailar a sus compañeros del grupo de danza le llamaba la atención, hasta que logró cambiarse al siguiente año.
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Fue bajo la tutela del profesor Francisco Medina Gómez que inició con el son jarocho y ya no dejó el baile, el cual relata que le cambió totalmente la vida.
Su pasión por el baile comenzó en preparatoria y continúa hasta hoy
Menciona que ella fue una de las primeras en solicitar permiso para bailar en los tradicionales portales de Córdoba, al darse cuenta que a los turistas y comensales les gusta deleitarse con los bailes jarochos.
Ahí la ve una maestra de la Universidad del Golfo de México y le ofrece una beca para estudiar en dicha institución a cambio de que impartiera junto con su pareja de baile un taller de danza.
Se registró en la licenciatura en Contaduría Pública pero nunca la ejerció pues su pasión seguía siendo el baile, combinaba la escuela con los talleres y pudo concluir sus estudios universitarios años más tarde.
Relata que año con año fue conociendo más gente y sabía que no todo era el baile jarocho, así que se preparó en distintos géneros y poco a poco se fue especializando.
Actualmente forma parte de la compañía de Danza Folklórica Vidanza e imparte clases en escuelas rurales gracias a un programa municipal que depende del ayuntamiento de Córdoba, esto desde hace diez años.
Gracias a lo cual logró formar grupos en escuelas rurales, donde la falta de recursos genera que la cultura no sea prioridad para los padres, sin embargo, ha luchado contra ello, y su matrícula es bastante alta.
Lo que más le gusta a Wendy es dar clases a los niños, su porte, su forma de bailar y su sonrisa a la hora de bailar expresa su amor por la danza.
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No solo sones jarochos, polka, norteño, huapangos y todo lo que le pongan lo hace con amor pues disfruta lo que hace.
Si bien refiere que la danza folklórica es costosa por los vestuarios que utilizan, le ha permitido conocer muchos estados de la República Mexicana pues acude a eventos como invitada y bien vale la pena la inversión.
Esta es la historia de Wendy y su pasión por la danza folklórica, ella formará parte del staf del Festival Internacional del Folklor que reunirá a más de mil artistas en esta ciudad de Córdoba en el mes de marzo.