Vestigios de lo que debió ser un “camino de agua” que conectaba con el lago de Texcoco, fueron hallados por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la Ciudad de México.
Los especialistas identificaron un pequeño puerto y partes del cauce artificial del canal que está referido en el Mapa de Uppsala (ca.1550), dos metros por debajo de una de las principales arterias de la Ciudad de México, la avenida Chapultepec.
De acuerdo con el equipo arqueológico, la zona fue la playa de una península ubicada al pie del cerro del Chapulín.
Hallazgo en la construcción del túnel en Metro Chapultepec
El grupo encabezado por la investigadora del INAH, María de Lourdes López Camacho, hizo el hallazgo al supervisar las obras de un paso a desnivel contiguo al paradero de la estación Chapultepec del Metro. Se identificaron varias secciones del cauce artificial y, en días recientes, el pequeño puerto, del que debieron arribar y partir canoas rumbo al lago de Texcoco, detalla la institución en un comunicado.
“Flanqueado por una fina capa de arena, el segmento mejor conservado del canal yace bajo el arroyo vehicular de la avenida Chapultepec, a la altura de calle Lieja y a un costado del edificio que ocupó la Secretaría de Salud, donde, en 2023, se registraron vestigios de una unidad habitacional del asentamiento prehispánico que antecedió al pueblo de indios de San Miguel Chapultepec”, menciona el texto.
De acuerdo con la directora del equipo de expertos, la vivienda del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), localizada en el predio, se halla en línea recta con respecto al canal. “Existía un camino por el que sus habitantes accedían a esta vía principal; muchas veces, los ‘caminos de agua’ corrían paralelos a los de tierra”.
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Un paso de embarcaciones intervenido desde que se fraccionó Chapultepec
La directora del proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, destaca la relevancia de este hallazgo, debido a su ubicación en un espacio sumamente intervenido desde finales del siglo XIX, “cuando desapareció el pueblo de indios de San Miguel Chapultepec al fraccionar sus terrenos y edificarse la Secretaría de Salud. Posteriormente, se crearían las colonias aledañas, y el entorno se transformaría irreversiblemente en la década de 1960, con la construcción de la estación Chapultepec del Metro”, abunda el comunicado.
“Originalmente, aquí pasaba un río que corría del lado sur del cerro y desembocaba en un embalse. Esta corriente fue transformada culturalmente: primero, en un canal navegable a inicios del virreinato, en un caño y, a mediados del siglo XVIII, en el acueducto de Chapultepec, el cual contó con 904 arcos, y que iba de las ‘albercas de Chapultepec’ a la fuente del Salto del Agua”, afirma la arqueóloga.
Al referirse al registro del sitio en el Mapa de Uppsala (ca.1550), agrega que a través de la excavación arqueológica y la correlación estratigráfica, los expertos corroboraron “que su ancho máximo es de 1.80 metros, un espacio angosto, pero suficiente para el paso de embarcaciones menores”, refiere López Camacho.
La jefa de excavación, Liliana Márquez Escoto, confirma que la unidad de exploración mayor, donde se observa el fondo del canal y las arenas de la playa, mide 2.50 metros de ancho por cuatro de largo; “es el espacio que hemos podido indagar, porque al sur tenemos la tubería de agua del Metro, y al norte, el sistema de drenaje”, apunta.
Según el comunicado, gracias a la pendiente de la zona y el flujo de agua, se propició la utilización del sistema de pilotes para consolidar las paredes del canal. “El posible muelle –ubicado en la parte intermedia del canal– muestra un apisonado por donde se accedía a él, y 40 pilotes de madera, colocados de forma transversal”.
También se observó una concentración de restos botánicos, propia de depósitos lacustres: semillas, maderas, gasterópodos y raicillas. Algunas de las muestras recuperadas, revelan que parte de la dieta de los habitantes del asentamiento prehispánico se basaba en el consumo de quelites, calabaza y jitomate.
Zona comercial y de vivienda
La constante ocupación del espacio también se refleja en los materiales recuperados previamente, como cerámica, de la que destacan trozos de piezas de tipo ritual: sahumadores, braceros y vasijas con el símbolo solar y representaciones de personajes, y que pudieron ofrendarse a este cuerpo de agua en el periodo Posclásico Tardío.
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Por último, sobresalen piezas semicompletas y completas del periodo Colonial Temprano (1521-1620 d.C.): una macuquina –las primeras acuñaciones martilladas de la Nueva España–, loza de vidriado verde y lebrillos, en cuyos fondos se observan los sellos de hospitales y órdenes religiosas, así como materiales del siglo XX.
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