La escritora Sandra Becerril lleva más de 20 años explorando el terror, tanto en literatura como en cine, lo que le ha permitido conocer a fondo las historias de fantasmas que rodean a los mexicanos.
En su más reciente obra, El silencio de todos los muertos, tuvo nuevamente la oportunidad de retratar uno de los pasajes más aterradores de la Ciudad de México, y evocar a la nostalgia a partir de elementos de su niñez.
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"Esta historia transcurre en el sur de la Ciudad de México, muy cerca del convento de Culhuacán, donde vivía en los años 80", dice en entrevista con El Sol de México. "Tenía muchas ganas de escribir algo que tuviera que ver con mi infancia llena de leyendas y de fantasmas, y todo esto la verdad es que no lo había hecho".
El libro narra la historia de una familia conformada por Ivonne, Eugenio y sus dos pequeños hijos, quienes se mudan a una nueva casa que oculta en sus adentros una serie de oscuros seres que se manifiestan con violencia. En un intento por solucionar su situación, contactan a un investigador paranormal que los ayudará a develar los secretos del lugar.
Antes de iniciar la novela, la nominada al Premio Ariel realizó una investigación histórica para conocer cómo se fueron dando los cambios en esa zona de la ciudad, y cuáles fueron los sucesos que marcaron las vidas de los habitantes en aquella época. "Disfruto muchísimo escribir este tipo de historias porque me gusta mucho la investigación y la historia, son otros de los hobbies que tengo".
Para la también directora, ha resultado muy divertido abordar este género a lo largo de sus 22 novelas y su trabajo en cine, ya que al vivir en un país rodeado de leyendas, las personas conviven muy de cerca con ellas, y eso le parece muy interesante. Sin embargo, reconoce que la invasión de las redes sociales y películas provenientes de Hollywood han impedido que las nuevas generaciones se acerquen a sus raíces.
"Se ha perdido un poco con las nuevas generaciones, todavía de los que somos de 30 hacia arriba conocemos muy bien las leyendas que hay en el Centro y en ciertos lugares de la ciudad, en las escuelas, por ejemplo, pero los jóvenes se han enfocado más en el terror cibernético, en las ‘creepypastas’, y en todos estos monstruos nuevos que están surgiendo que ya no son tan mexicanos", finalizó.