“Este es para mí el paisaje más hermoso y el más triste del mundo. Es el mismo paisaje de la página anterior que he dibujado una vez más para que lo vean bien. Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego...”. Casi como una premonición de su propio final, este fue el penúltimo párrafo con que el famoso piloto aviador Antoine de Saint-Exupéry, cerraría su obra más recordada, “El principito”, considerado un clásico de la literatura universal.
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Recordado con honores en su ciudad, Lyon, donde hay una hermosa estatua en su nombre, este 31 de julio se cumplen 80 años de la desaparición de Saint-Exupéry, cuyo paradero, aunque investigado, sigue siendo un misterio.
Tan sólo se tiene como última pista fehaciente que a las 8:45 horas del 31 de julio de 1944 despegó, como parte de las Fuerzas Francesas Libres, perdiéndose luego en el Mar Mediterráneo, en el cumplimiento de una misión de reconocimiento con el objetivo de recoger información de inteligencia sobre los movimientos de las tropas alemanas en el valle del Ródano, previo a la invasión aliada del sur de Francia.
“Saint-Exupéry fue un escritor maravilloso que se nos perdió en el mar, que más allá de ser el autor de ‘El principito’, también fue corresponsal de guerra, realizó reportajes importantes como los que hizo sobre lo que sucedía en lo que es hoy Vietnam, que era entonces la Indochina francesa, así como en el preámbulo de la Guerra Civil Española.
“Y tampoco podemos olvidar que también fue un gran dibujante quien realizó la totalidad de las ilustraciones de ‘El Principito’”, comenta en entrevista el actor y escritor Mario Iván Martínez, quien confiesa que fue precisamente con la obra de Saint-Exupéry, que se introdujo al mundo de las letras, luego que su madre, la actriz Margarita Isabel le presentara el libro, del cual ella misma llegó a interpretar el personaje de “La Flor”.
CLÁSICO CONTEMPORÁNEO
Sobre la importancia que tiene “El principito”, publicado en 1943 para la historia de la literatura universal, Mario Iván Martínez recuerda que “aunque su estilo es sencillo y directo, y se piensa como un libro para niños, también es sumamente profundo y crítico sobre la sociedad”.
Un “clásico contemporáneo”, que ha sido adaptado en múltiples formatos, desde cine y teatro, hasta danza, ópera y animaciones; el cual, comenta Mario Iván Martínez, es uno de los más traducidos después de “La Biblia”.
“Este libro es un viaje de descubrimientos, donde Saint-Exupéry nos muestra la extraña forma en que los adultos llevamos la vida ante la incomprensión de los ojos y los valores de los niños. Subraya el amor y la importancia de la amistad”.
Destaca la profundidad de algunas frases del libro, como “Lo esencial es invisible a los ojos”, que habla sobre el valor que radica en la generosidad o la indulgencia; así como “El tiempo que pasaste con tu rosa es lo que te hizo más importante", que habla sobre la importancia de cultivar relaciones genuinamente valiosas.
Saint-Exupéry, quien parte de su vida vivió en Argentina, donde es recordado también como uno de los pioneros de la aviación comercial en aquel país, aparte de esta obra, escribió siete libros más, que contienen relatos, novelas y memorias.
De ellos, Mario Iván Martínez destaca el libro “Tierra de hombres”, por “su valor filosófico y humanista”, publicado en 1938, con el cual Saint-Exupéry ganó el premio de novela de la Academia Francesa. Se trata de una novela autobiográfica en la que relata su experiencia como trabajador postal, así como el accidente que sufrió en 1935 en la parte libia del desierto del Sahara.
ALGUNAS TEORÍAS
Hasta la fecha no se sabe realmente qué fue lo que sucedió con Antoine de Saint-Exupéry, aunque desde que se dio por desaparecido, surgieron varias teorías. Una de ellas es el testimonio que dio de una mujer un día después de que se dejara de saber del escritor, la cual afirmaba que vio desplomarse un caza francés en la zona de Carquiranne. Hecho que se creyó real luego de que días después se encontrara en el sur de Marsella un cadáver completamente irreconocible con insignias francesas.
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Algunas pistas físicas que podrían dar luz sobre el paradero del autor de “El principito” son una pulsera con su nombre y el de su esposa, encontrada en 1998 por un pescador, al sureste de Marsella; así como restos de un avión hallado en el año 2000, a 973 metros de profundidad, un Lightning P-38 F-5B. Sin embargo, los vestigios eran tan pocos que no se ha determinado si realmente son los del último vuelo de Saint-Exupéry.
Las teorías de la muerte abarcan el suicido, y también el abatimiento por parte de fuerzas alemanas. De este último, se ha especulado que pudo haber sido perpetrado por el alemán Horst Rippert, también periodista, que entonces estaba haciendo trabajos de reconocimiento, quien declaró que derribó un avión del mismo modelo que el que usó ese día Antoine de Saint-Exupéry. Aunque hay coincidencias en reportes y registros de comunicaciones, en poder del archivo militar alemán, no se ha reconocido el hecho.
