Francisca Hernández Pérez, mejor conocida como Panchita en Mecayapan, Veracruz, cumplió el pasado 23 de este mismo mes 60 años, de los cuales 30 ha dedicado al rescate de la técnica del telar de cintura utilizando hilo industrial. Su interés es rescatar la vestimenta tradicional de su pueblo nahua, que se había perdido ya que sus vecinas empezaron a comprar y vestir ropa que nada tenía que ver con su cultura y lo ha logrado, hoy cuentan nuevamente ésta.
El grupo de 35 mujeres, entre las que se cuentan adultas, jóvenes y niñas, que preside, no tiene ventas desde el pasado mes de marzo, por lo que actualmente trabajan sobre pedido haciendo fajas, bolsas, tapetitos, manteles, caminos de mesa y rebosos. Panchita ha generado un estilo en su producción personal, al grado de hacer populares los rebozos de Mecayapan.
Ella, quien aprendió desde niña de su abuela Tomasa Hernández Bautista, dejó el telar guardado por muchos años luego de la muerte de ésta y fue hasta 1999 cuando retomó los conocimientos que le inculcó diciéndole que tenía que aprender a hacer su propia ropa ya que podría casarse con alguien que no le resolviera estas necesidades.
Desde el año 2000, Panchita comparte el conocimiento con las nuevas generaciones, lo que le permite relacionarse con varios grupos de mujeres interesadas en esta actividad, donde se ha sentido muy satisfecha porque las niñas y jóvenes han respondido muy bien y están poniendo mucho empreño en el aprendizaje.
Además del telar de cintura, las integrantes del grupo aprenden tejido con horquilla y ganchillo, así como bordado. En el año 2001, recibieron capacitación por parte del grupo Amigos del Museo de Arte Popular de la Ciudad de México, para mejorar los terminados de sus prendas y poder recibir por ellas un precio más acorde. Esto les permitió además desarrollar sus diseños propios, en los que sobresale el aprecio a su cultura.
El año pasado, Francisca Hernández Pérez, con base en los lineamientos establecidos por la Unesco, fue reconocida por el Instituto Veracruzano de la Cultura, en el marco del Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento, que impulsan los estados de Oaxaca, Tabasco y Veracruz, junto con la Secretaría de Cultura federal, como “Tesoro humano vivo”.
Este reconocimiento se entrega a las personas adultas mayores que poseen un sumo grado de conocimientos y técnicas para recrear y preservar determinados elementos del patrimonio cultural inmaterial de las distintas regiones del estado de Veracruz.
Entrevistada vía telefónica, Panchita comentó que en estos días sólo trabajan sobre pedido, ya que prácticamente todo está detenido. Sólo les algunos pedidos para hacer tapetitos o fajas para la vestimenta tradicional. El mercado de bolsas en telar de cintura, resistentes y originales, para que los estudiantes transporten sus libros, no tuvo demanda debido a la pandemia provocada por el Covid-19.
Recordó que hace varios años entregaban sus productos en las tiendas de productos veracruzanos que tenía el gobierno del estado tanto en Xalapa como en Veracruz, pero ahora sólo tienen posibilidad de ofertarlos en los encuentros de artesanías a los que son invitadas, de los cuales el último se llevó a cabo en el puerto de Veracruz el año pasado.
El grupo de mujeres artesanas, que regularmente participa en expoventas regionales, estatales y nacionales, ha visto reducidas sus ventas a prácticamente nada, por lo que actualmente sobreviven de su trabajo en el campo o del apoyo de familiares, ya que sólo recibieron un apoyo para víveres de mil pesos de la Secretaría de Cultura Federal, a través del Banco del Bienestar.