El 18 de octubre de 1963, los ojos del mundo voltearon a ver a México, ese día fue elegido nuestro país como sede de los XIX Juegos Olímpicos, y escribió una nueva historia.
Los esfuerzos del entonces presidente Adolfo López Mateos habían fructificado logrando para México la sede olímpica, así nos lo platicó Alejandro Ortega Sanvicente, quien fue el Secretario General del Comité Organizador de la justa deportiva de 1968.
“En los últimos años de la presidencia de Adolfo López Mateos, un grupo de mexicanos soñadores y entusiastas iniciaron los esfuerzos para obtener la sede de los Juegos Olímpicos, al frente estaba otro distinguido mexicano y también apasionado del deporte y del olimpismo, el General José de Jesús Clark Flores”.
No fue una tarea fácil convencer que la altitud de la Ciudad de México (2.250msm) no era un obstáculo para el desarrollo deportivo de los atletas.
Tras resultar México vencedor en la contienda, el entonces presidente Adolfo López Mateos declaró: “Es un reconocimiento mundial al pueblo mexicano”.
La Ciudad de México, Detroit, (Estados Unidos), Lyon, (Francia) y Buenos Aires, (Argentina) era las candidatas para albergar la XIX Olimpiada y tras una larga jornada realizada en Baden Baden, Alemania, México ganó con 30 votos a favor, Detroit tuvo 14, Lyon 12, Buenos Aires sólo dos.
Durante los siguientes cinco años se realizaron los preparativos dealgunas sedes, o instalaciones deportivas, y los ataques de la prensa internacional no cesaban porque consideraban que el país no sería capaz de alcanzar los niveles logrados por Melbourne 1956 y Roma 1960.
“Algunos publicaron desde 1965, que los Juegos Olímpicos de México eran seriamente amenazados. En enero de l967, un diario de San Francisco dijo que se enfrenta a un desastre olímpico faltando más o menos año y medio, los apresurados preparativos de un evento de 50 naciones, parecen orientados a un desastre. Detriot todavía tiene la esperanza de recibir ese encargo.
A pesar de todo el entorno y la desconfianza que había como sede olímpica, México le demostró al mundo que estaba listo para albergar una fiesta olímpica. “Fue un rotundo éxito,nadie se lo esperaba, el entorno en el que vivíamos era muy difícil”.
INAUGURACIÓN
A pesar del ambiente que se vivía en el país entero, llegó el ansiado 12 de octubre, día en el que México inauguraba los XIX Juegos Olímpicos y se vivió una fiesta nacional. Alejandro platicó algunas anécdotas.
“El tablero electrónico lo habían encargado a Omega para hacerlo en Hungría, cuidábamos el dinero porque no teníamos para hacer Rolex, el tablero se bloqueó y nadie se dio cuenta, el arquitecto Ramírez Vázquez pregunta ¿fue problema técnico o problema humano?”, comentó.
Durante la clausura, por instrucciones del presidente Díaz Ordaz, se ordenó que se abrieran todas las puertas del estadio de Ciudad Universitaria, afirmando: "Que al pueblo no lo detengan las vallas, ni a los soldados, ni las bayonetas"..