Hannia es un ejemplo de superación para Orizaba; logra un lugar en "Diablos rojos" del Toluca

Para Belém la emoción que genera tener el balón en sus pies y poder llevarlo a la portería con el propósito de anotar un gol es lo que la inspira

Guadalupe Castillo | El Sol de Orizaba

  · jueves 1 de septiembre de 2022

Hannia Belém Espinosa Cruz empezó a practicar el futbol con sus amigos de la cuadra cuando vivía en Minatitlán / Foto: Oswaldo Espinosa Ruiz

ORIZABA, Ver. - Hannia Belém Espinosa Cruz empezó a practicar el futbol con sus amigos de la cuadra cuando vivía en Minatitlán, la calle se volvió su cancha, dos piedras fueron portería y sus vecinos, los rivales a vencer dentro del juego, hoy está joven a sus 17 años sigue su sueño y ha sido seleccionada para ser parte de los "Diablos rojos" del Toluca.

A los 8 años de edad empezó a jugar futbol acompañada de sus hermanos mayores: Aldo y Emily a quienes veía jugar o practicar deportes; sin embargo, ella no quería ser igual. "Siempre fue de andar en el campo, a correr, no me llamaba la atención, los juegos que son para mujeres como las muñecas y el té, el fútbol siempre me llamó la atención".

Para Belém la emoción que genera tener el balón en sus pies y poder llevarlo a la portería con el propósito de anotar un gol es lo que la inspira y emociona desde niña, la sensación de la porra y la adrenalina de sus compañeros de juego.

 

 

"Recuerdo que en el 2012, un día del niño mi papá nos tenía un regaló y nos metió a una escuela de futbol filial de Pachuca, me emocioné porque iba a jugar con otros niños, desde ese momento empecé a jugar".

Su infancia se desarrolló en Minatitlán y al llegar a la ciudad de Orizaba estuvo en más clubes deportivos jugando de forma mixta, fue hasta sus 13 años que entró a la categoría femenil; aunque el jugar con varones le valía de algunos insultos o expresiones que la lastimaba, Belém siempre se mantuvo firme a su sueño sin importarle lo que el contrincante pensará.

Como niña, vivir el deporte de forma mixta le tocó que los padres de familia del equipo contrario le gritarán cosas agresivas, insinuando incluso en golpearla para quitarle el balón, pero eso no la detuvo y con el paso del tiempo llegó a la categoría femenil donde vio la diferencia de juego y entrenamiento que a pesar de ser el mismo era más lento.

"Nunca me dio miedo jugar con niños y meter cuerpo para quitar el balón y defender mi área de juego, poco a poco fui madurando y a la fecha mantengo mi pensamiento de que puedo", dijo.

Belém Espinoza Cruz ha participado en torneos estatales en Coatzacoalcos, en el 2015 viajó a Monterrey, en 2018 estuvo en Boca del Río y en 2019 repitió con Coatzacoalcos, para el año 2020 fue parte de la selección de Orizaba dentro de la categoría 2005.

En la actualidad se encuentra estudiado el quinto semestre de Bachillerato en Nogales en el área de Químico biológico y está en el equipo UDO Cordobitas Soccer León Orizaba.

Al llegar a la ciudad de Orizaba estuvo en más clubes deportivos jugando de forma mixta / Foto: Oswaldo Espinosa Ruiz


Gracias a una final donde ella fue partícipe, pudo estar presente en las visorias del Club Toluca, donde a pesar de que le costó trabajo el poder estar en los días de práctica pudo ser seleccionada para formar parte de los Diablos Rojos. "Pensé que no me iban a mencionar, no decían mi nombre hasta que fui la penúltima y eso me emocionó porque me costó y estoy haciendo realidad mi sueño".

A sus 17 años, esto le representa esfuerzo, pues sus padres Oswaldo Espinosa Ruiz y Rocío Adarely Cruz Fuentes, han estado presentes en cada oportunidad que tienen de asistir, pero también sus hermanos están siendo un fuerte pilar para ella al ser la menor de ellos.

Su papá comentó que cuando su hija empezó en el deporte sabía que debían combinar el fútbol con la escuela y en cualquier circunstancia que ella bajara sus calificaciones, el deporte quedaría fuera por un momento, sin embargo, esto no pasó y la joven está demostrando que va por más dentro de esta disciplina, ya que su promedio educativo de 9.0 lo ha mantenido.

Nota publicada en El Sol de Orizaba