Córdoba, Ver.- Caminar por las calles del Barrio de las Pitayitas es regresar el tiempo, es una zona de llena de historias y leyendas, aunque muchas de las viviendas están en abandono, pese a ello, es un bullicio diario al ubicarse a dos cuadras del Centro Histórico de la ciudad.
Abarca de la avenida 1 a la calle 6, es prácticamente una cuadra, pero donde convergen aún importantes lugares como el Centro Cultural Casa Baltazar, Cáritas AC, el comedor de Cáritas, el dispensario de la Inmaculada Concepción, el salón de baile El Moro e infinidad de casas antiguas que antes fueron tendajones, compras de café o simplemente posadas que alojaban a quienes usaban el tren "El Huatusquito", y que hacia parada en esa zona, cerca de la iglesia de San Antonio de Padúa.
El arqueólogo Fernando Miranda Flores, en entrevista, refiere que fue un barrio muy importante en el año de 1900 ya que aparece en los planos de la villa y estaba asentado cerca de uno de los ríos más importantes de la zona, como lo es el San Antonio, de donde se abastecían de agua potable, pasaba el tren, estaba cerca la iglesia que antes era de Lourdes y además estaba cerca de la plaza municipal.
Refirió además que su nombre se debe a la fruta del nopal, la pitaya, al ser una loma, había muchas en esa zona y como referencia la gente decía "en las pitayitas" y de ahí surgió, pero actualmente es parte de la colonia Centro.
En un recorrido por la zona se puede constatar que ya muy pocas familias originarias viven ahí; ahora rentan las casas, son negocios o están en abandono.
Zona era un punto comercial clave
El único que relata que recuerda ahí su infancia es el señor Baltasar Sánchez, propietario del edificio que alberga el Centro Cultural Casa Baltazar; señala que era casa de sus padres y ahí funcionaba un beneficio de café, una tienda de abarrotes, venta de petróleo para las estufas y quinques; además que ahí dejaban amarrados los caballos las personas de la sierra que llegaban a vender su café y hacer sus compras en el mercado.
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En esa zona pasaba el tren del Huatusquito, una de las estaciones estaba atrás de la ahora iglesia de San Antonio, prácticamente era una zona comercial importante al converger mercado, iglesias, tendajones, compras de café y cantinas.
Ahora solo quedan casas abandonas en lo que es la calle 4 y avenidas 4 y 6, calle 1 y avenida 6; afortunadamente algunos fueron rescatados, como el lugar que ocupa Cáritas AC y el Centro Cultural Casa Baltazar.
El barrio conserva aún las antiguas casas, con puertas enormes y techos de teja, piedra y cal, algunas han sido remodeladas; hacia la privada de la avenida 6 hay partes del camino de piedra; sin embargo, hay muchas personas en situación de calle que ocupan de guarida esos callejones.
Debido a que son propiedad privada, las autoridades no han podido hacer algo al respecto; de día es un lugar hermoso, pero de noche, pocos caminan por la zona se considerar que es peligrosa.
Este barrio tiene varias leyendas como la del perro negro que se aparece en la madrugada, la llorona que busca a sus hijos cerca del río San Antonio, el Charro Negro que pasa en las madrugadas por la exvía del Huatusquito, entre otras.
Se ha querido rescatar la zona con las llamadas callejoneadas, pero todo aún faltan esfuerzos para lograrlo.