En tiempos en los que se utiliza a la política para servirse, es buena idea voltear al pasado y recordar la vida de aquellos que la usaron para servir a los demás, aseguraron amigos y colaboradores de Demetrio Ruiz Malerva, a quien recordaron a 34 años de su asesinato.
En entrevista, Crisóforo Hernández Cerecedo cuenta que, de lustrar zapatos en su natal Tuxpan, Ruiz Malerva logró convertirse en uno de los veracruzanos más influyentes de su época y que tenía todo para ser gobernador de la entidad. “El asesinato truncó la vida de un hombre de proyectos que pudo convertirse en uno de los mejores gobernadores”, dijo.
Por su parte, José Luis Salas Torres, quien el hombre de las confianzas de Demetrio Ruiz en el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo define como “uno de los presidentes del PRI más cultos y preparados que ha pisado esas oficinas” y lamenta que las actuales dirigencias se estén olvidando de aquellas personas que hicieron al partido lo que fue.
Nacido en Tuxpan en el año de 1941, Demetrio Ruiz Malerva fue “auténtico producto del esfuerzo y la perseverancia”, asegura Crisóforo Hernández Cerecedo, alumno y amigo personal del político priista, quien lo recuerda como un hombre trabajador desde sus primeros años.
Detalla que su primer trabajo fue lustrando zapatos en el parque principal de su ciudad natal y recuerda que muchos años después mantuvo contacto cercano con otros boleros, quienes cariñosamente lo llamaban “Cucho”.
“Era un hombre que fue muy popular en Tuxpan. Ya siendo políticos cuando pasaba por el parque no faltaba el que le gritaba “Cucho” y el saludaba porque eran los boleros con los que convivía en su infancia. Nunca perdió el piso”, dijo.
Hernández Cerecedo cuenta que desde joven su exmaestro estuvo interesado en los grandes problemas nacionales, por lo que después de concluir la licenciatura en Derecho en la UNAM incursionó en el periodismo —fue articulista de Diario de Xalapa— y después en la política en donde se mantuvo congruente con lo que hacía y decía.
“Era un tipo jovial, alegre, bohemio, culto y sensato. Era un hombre de proyectos y de acciones”. Su gran sensibilidad política y visión lo llevó a ser electo diputado en tres ocasiones por el Distrito de Tuxpan, ante la XLIX Legislatura federal periodo 1973-1976, ante la LI Legislatura federal período 1979-1982 y ante la LIII Legislatura período 1985-1986, todas éstas por una “aplastante mayoría”, asegura el entrevistado.
Añade además que en la zona norte del estado es aún recordado y valorado por la ciudadanía y que usó siempre los parques y espacios públicos para escuchar a la gente y para tratar de entender y atender sus problemas.
A 34 años de su muerte, Crisóforo Hernández lamentó que la dirigencia estatal del PRI haya olvidado la vida de un hombre con calidad humana y política que contribuyó a formar el partido. Señaló que hoy más que nunca el PRI de Veracruz debe voltear a ver a aquellas personas que ven la política como una forma de servir a los demás y así evitar que este organismo político se siga convirtiendo en “una cueva de ladrones”. “Él le dio una visión muy clara al partido del proyecto que Veracruz y México necesitaba”, concluyó.
José Luis Salas Torres, quien fuera secretario general del CDE del PRI, recuerda a Demetrio Ruiz Malerva como uno de los presidentes más cultos y preparados que haya pisado las oficinas del partido. Quien fuera colaborador y amigo personal de Ruiz Malerva lamenta el asesinato que le costó la vida al politíco tuxpeño y que privó a Veracruz de un hombre que pudo hacer beneficiado mucho a la entidad. “Él hubiera sido gobernador porque las circunstancias apuntaban a eso y qué orgullo haber tenido a un hombre tan honesto y con ideas tan claras decidiendo el destino político”, asegura.