Desde niños tenemos la curiosidad de conocer el entorno que nos rodea, lo interesante es que todos tenemos una manera distinta de compartir información con los demás.
Para algunos es sencillo redactar o, a través del arte de la elocuencia, exponer las características de un objeto o sujeto, mientras que, para otros, su talento como dibujante o pintor les permite comunicar sus conocimientos dentro de un contexto bi o tridimensional.
Cualquiera que sea nuestro talento, requiere de un refinamiento constante. Así sucede con los investigadores que se enfocan en el estudio de la naturaleza o de las sociedades humanas.
Lo peculiar del caso es que, si bien las habilidades de descripción y de ilustración son altamente recomendables para ellos, sobre todo esta última, no siempre las conocen o tienen acceso a ellas. Esto nos da la pauta para establecer colaboraciones.
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La sinergia entre investigadores y profesionales de la literatura, dibujo, pintura o incluso del diseño digital, da como resultado un interesante nicho laboral, el de ilustrador o ilustradora de ciencia.
Esta labor funciona siempre que haya igualdad de partes, y exista buena comunicación para establecer los requerimientos y las responsabilidades. En este contexto, ¿qué cualidades deben poseer los involucrados?
Cada uno debe desarrollar ciertos talentos, actitudes y aptitudes. Por ejemplo, el investigador sabe que el ilustrador científico facilitará la transmisión de sus hallazgos mediante la “traducción del lenguaje especializado a imágenes”.
En consecuencia, el ilustrador o ilustradora debe familiarizarse con el vocabulario técnico y científico para representar correctamente al objeto o sujeto de estudio.
En este contexto, para lograr una buena ilustración debe tomarse en cuenta lo siguiente:
1) La observación a los detalles es la base para lograr una representación fiel
2) Se debe evitar a toda costa la interpretación personal del motivo de estudio, esto porque cuando se busca mejorar la estética se pierde objetividad
3) La obra final está sujeta a derechos de autor
¿Cómo se establecen estos?
Si el ilustrador fue contratado de forma independiente, la remuneración por el trabajo realizado deberá asignarse acorde al tabulador de servicios profesionales.
Cuando el ilustrador forma parte de una institución, los beneficios estarán en función de su contrato y del destino de la obra.
Definir el tipo de retribución (monetaria o académica) es un aspecto fundamental cuando se establece una colaboración basada en la creatividad humana.
En resumen, los ilustradores de la ciencia deben profesionalizarse, entonces la implementación de cursos y talleres para todas las edades es altamente recomendado.
Ser ilustrador o ilustradora de la ciencia es una oportunidad para dejar a los contemporáneos y a las generaciones venideras, evidencia gráfica de calidad de la grandeza del entorno natural, o de la complejidad de las relaciones o productos humanos.
*Colectivo de Ilustradores de la Ciencia y la Naturaleza e Instituto de Neuroetología, Universidad Veracruzana
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa