En el Sistema Nervioso Central (SNC), donde los impulsos eléctricos viajan a velocidades insospechadas, emergen protagonistas poco conocidos, pero fundamentales, nos referimos a los oligodendrocitos, cuya función es crucial para la transmisión eficiente de información. ¿Cómo lo hacen? ¿Algo en su estructura favorece su función?
Imagina que el cerebro es un complejo circuito eléctrico, donde los axones de las neuronas son los cables que transmiten la electricidad de un lugar a otro. Ahora, piensa en unas células cuya tamaño es mayor que el de una neurona, cuyo cuerpo rodea al axón y funciona como un rollo de cinta aislante, mejorando su conducción.
Así como la cinta aislante, protege los cables de cortocircuitos y pérdida de energía; los oligodendrocitos, a través de la formación de mielina, protegen a los axones y contribuyen al funcionamiento cerebral, esto, regulando la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos.
Además de proporcionar mielina, los oligodendrocitos también brindan soporte estructural a las neuronas del SNC. Ayudan a mantener la integridad de los axones, participan en la regulación del entorno extracelular eliminando desechos y renuevan la mielina para que no se desgaste.
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Cuando los oligodendrocitos experimentan estrés, pueden ocurrir una serie de efectos adversos que afectan la función del SNC debido a una variedad de razones, por ejemplo, el cambio brusco de factores ambientales, incluyendo la temperatura, pH, exposición a toxinas, entre otros.
Sin embargo, el mayor riesgo al que se enfrentan los oligodendrocitos es la inflamación en el SNC, ya sea causada por infecciones, lesiones o enfermedades autoinmunes, puede inducir estrés en los oligodendrocitos porque durante este proceso se liberan mediadores inflamatorios que pueden afectar la viabilidad y la función.
En conjunto, el estrés en los oligodendrocitos puede tener consecuencias significativas para la función del sistema nervioso. Se ha demostrado que la falta de mielina en los oligodendrocitos está implicada en la patogénesis de trastornos psiquiátricos como la esclerosis múltiple y el trastorno bipolar.
Evitar el estrés crónico es difícil, ya que los oligodendrocitos expuestos a una variedad de factores que pueden desencadenarlo. Sin embargo, hay algunas estrategias que pueden ayudar a minimizar el impacto en estas células, y en las vecinas (neuronas, células gliales, células epiteliales, células sanguíneas).
Las recomendaciones son: 1) Consumir vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales, que son importantes para la producción y mantenimiento de la mielina, así como, 2) mantener niveles adecuados de oxígeno, evitando, en medida de lo posible, la exposición a toxinas y agentes patógenos.
*Instituto de Neuroetología, UV.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa