Xalapa, Ver.- Argelia Sol-Haret Báez Barrios, directora de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV), advierte que la contaminación lumínica va en aumento; se estima que crece 4 por ciento anualmente, pero ante las distintas crisis no se dimensiona la magnitud del problema de la disminución de cielos oscuros.
Además de la limitante que significa para los estudios astronómicos, enfatiza que están confirmados los efectos negativos, pues la sobreiluminación altera y perjudica los ciclos de la biodiversidad con hábitos nocturnos.
Te podría interesar: Tráfico ilegal pone en riesgo de extinción a orquídeas: Oscar Espino
¿Cómo afecta la contaminación lumínica?
La astrofísica nombra además la alteración de los ciclos del sueño, con impacto en la concentración, sin contar que el deslumbramiento genera accidentes de tránsito y disminuye la visibilidad peatonal.
“Existe, en general, una pérdida de estrellas, biodiversidad, seguridad vial y dinero porque el alumbrado público representa el 50 por ciento de consumo eléctrico de los ayuntamientos”, expresa.
Lámparas como las instaladas en la avenida Ávila Camacho de Xalapa son un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, mencionó en su participación en el tercer foro académico internacional “Ecología urbana, tecnología e innovación para la sustentabilidad”, coordinado por la UV y efectuado en la Facultad de Pedagogía.
A nivel global, detalla la científica, las exigencias y rutinas del mundo contemporáneo generan en exceso la luz emitida en horarios nocturnos, con alteración de la oscuridad, a eso se le llama contaminación lumínica.
¿Ya nos sigues en Google News Showcase? Es gratis
Explica que es provocada por la luz desaprovechada, innecesaria o inadecuada en las ciudades con impacto negativo en el desarrollo sostenible. Reitera que se trata de un problema de alta relevancia para los tiempos actuales.
Al ahondar en los orígenes de la problemática, expone que la necesidad de evitar la oscuridad ha sido una característica de la especie humana a lo largo de su evolución, pues en el pensamiento colectivo, la luz posee un carácter positivo y la oscuridad se percibe como un factor negativo.
Lee más: Campo, caerá en crisis; programas federales no sirven: agricultores
“Se percibe a la luz como sinónimo de progreso y civilización. Socialmente, los espacios iluminados son vistos como bellos y los oscuros como desagradables”.
Sobre los desafíos para la astronomía, anota que es imposible llevarla a cabo en las ciudades y encontrar un lugar con cielos oscuros es una tarea cada vez más, pues la contaminación puede extenderse hasta 30 o 40 kilómetros después de una ciudad.
En cuanto a las personas, pierden la oportunidad de observar espectáculos naturales, apreciables solo con cielos oscuros.
¿Es posible reducir la contaminación lumínica?
¿Es posible reducir la contaminación lumínica? Declara que sí y, lo más importante, no es necesario gastar, sino ahorrar y reducir.
“La eficiencia de cada tipo de lámpara presenta un impacto significativo en el aumento o reducción de la contaminación lumínica”. Califica como fundamental la toma de conciencia de las personas para reducir el uso de luz.
Exhorta a repensar la luz en las ciudades: “Se debe generar conciencia ambiental respecto al impacto de la luz en la biodiversidad, sus hábitos y rutas migratorias; medir y reimaginar el consumo energético con alternativas inteligentes para evitar la sobreiluminación; mejorar la eficiencia lumínica y el alumbrado público en las ciudades, y fomentar una cultura de ahorro y eficiencia”.
Algunas preguntas mencionadas para reflexionar son las siguientes: ¿Esto requiere estar iluminado? ¿Por qué uso foco tan potente? ¿En verdad requiero que el foco ilumine un área diferente al suelo o una pared? Una actividad rápida en la oscuridad, ¿en verdad requiere de un foco?
Convoca a compartir la información, pues entre más personas conozcan los beneficios económicos, mentales y astronómicos de disminuir la contaminación lumínica, más pronto se verán los resultados benéficos y miles de estrellas en el firmamento.
Nota publicada en Diario de Xalapa