Córdoba, Ver.- Si eres de Córdoba seguramente en más de una ocasión has probado los famosos “pirulí”, las paletas artesanales hechas de caramelo macizo en forma de cono, forradas con papel celofán transparente.
Pero ¿sabes el origen de este dulce que se volvió típico de nuestra ciudad sin ser propiamente de aquí? Rosa Quevedo, mejor conocida como Rosita Quevedo nos cuenta más sobre la historia de este dulce que llegó a México en 1920 a través de su abuelo.
En entrevista para El Sol de Córdoba, Rosita Quevedo explica que este particular dulce llegó a tierras mexicanas, cordobesas para ser más exactos, desde Arabia y gracias a su abuelo se arraigó en Córdoba.
Relata que en 1920 una familia proveniente de Arabia llegó al Puerto de Veracruz para luego dirigirse a Córdoba en busca de más familiares; sin embargo, al llegar se encontraron con la sorpresa de que ya no vivían aquí.
Sin saber qué hacer salieron al parque principal de Córdoba, donde conocieron al abuelo de Rosita, quien tras platicar con ellos les dio alojamiento temporal a cambio, y en forma de agradecimiento, le enseñaron a hacer este dulce.
Tras permanecer varios meses aquí sin noticias de sus familiares, los extranjeros decidieron abandonar Córdoba y le regalaron la fórmula del caramelo al abuelo de Rosita, quien empezó a elaborar los famosos pirulís.
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Receta se ha ido perfeccionando
Poco a poco lo fue comercializando y con el paso del tiempo comenzó a enseñar a sus hijos, incluido el papá de Rosita, a elaborar este dulce a base de caramelo macizo y quien a su vez transmitió el conocimiento a Rosita, quien actualmente subsiste de la venta de este dulce.
Explica que poco a poco fue perfeccionado la receta agregándole sabores y colores diversos e incluso algunos detalles como las pasas o las bolitas de azúcar a fin de hacerlo más colorido y, sobre todo, darle más sabor.
Actualmente una paleta pirulí cuesta diez pesos y aunque ya es parte de los dulces típicos de Córdoba, elaborado de manera artesanal, pocas personas lo valoran y no acceden a pagar su precio.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que comas uno de estos deliciosos dulces, acuérdate que tienen una historia de más de cien años en nuestro país.
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