Chela, fría, birra, cerbatana, pilsen, biela, pola, existen muchos nombres por los cuales se puede llamar a la cerveza, que es, quizá, la bebida alcohólica más popular que existe.
Las hay tanto comerciales como artesanales; Aler, Lager; con alto contenido en alcohol que puede llegar incluso a los 20 grados, o incluso con bajo que puede ser de dos grados y hay cerveza de ¿cero grados?
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Para quienes prefieren no consumir alcohol, pero sí convivir en fiestas y reuniones, se ha venido haciendo cada vez más común la cerveza sin alcohol, pero, ¿realmente es cerveza?
¿Cuál es el origen de la cerveza?
Lo primero que hay que saber es a qué llamamos cerveza, y es que esta bebida ancestral tiene un origen que se remonta a miles de años y que, de acuerdo con hallazgos, se cree que fue desarrollada por los sumerios, elamitas y egipcios.
Por ejemplo, de acuerdo con la página de la Secretaría de Cultura de Argentina, en Egipto, allá en la época de los faraones, es decir, cerca de hace 3 mil 300 años antes de Cristo, la “Zythum” era la bebida del pueblo, pues el vino solo lo consumían las clases altas.
En aquel entonces las fábricas producían hasta 4 millones de litros por año; es decir que los campos prácticamente eran destinados para la cebada e incluso esta se utilizaba como moneda de cambio. Incluso los egipcios fueron los primeros en mercantilizar la cerveza.
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Y, para economizar y sacar mejores ganancias ante el alto costo de la cebada, también utilizaban una variedad del trigo: la espelta.
La cerveza es por definición una bebida alcohólica que se produce a partir de la fermentación de granos de cereales, como la cebada, el trigo, el arroz o el maíz, en agua con levadura. Y de acuerdo con el proceso que se elija de fermentando puede tener bajo o alto porcentaje de alcohol. Entonces, ¿las cervezas sin alcohol, son cervezas?
¿Cerveza sin alcohol?
Según el estudio publicado por la Profeco en su Revista del Consumidor de este mes, en 2022 México ocupó el 4º lugar entre los países líderes en producción de cerveza con 141 millones de hectolitros.
Son muchas las cerveceras, tanto comerciales como artesanales, que le han apostado a la llamada producción de cerveza sin alcohol.
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En general a nivel mundial en los últimos 10 años ha habido una tendencia creciente al consumo de este tipo de bebida, tan solo en Alemania, el alza es de 96 por ciento en la producción de las cervezas sin alcohol.
De acuerdo con la NOM-199-SCFI-2017. “Bebidas alcohólicas-Denominación, especificaciones fisicoquímicas, información comercial y métodos de prueba”, la cerveza para poder ser llamada de esta forma, debe tener entre 2% a 20% de alcohol.
Es decir, que las bebidas que tengan menos del 2 por ciento no podrán ser llamadas cervezas, pues son “bebidas no alcohólicas”.
Así, de acuerdo con la Profeco, una cerveza es una bebida alcohólica, por lo que el producto, al denominarse “cerveza sin alcohol”, incumple la Norma Oficial, pues se trata en realidad de una bebida no alcohólica.
¿Cómo se prepara una bebida no alcohólica?
Los ingredientes que se usan para las bebidas no alcohólicas son los mismos con los que se producen las cervezas; la diferencia radica en el proceso para hacerla, pues debe garantizarse que no produzca etanol o lo haga en muy bajos niveles.
Así, la bebida no alcohólica es hecha con malta, lúpulo, agua y levaduras; y, aunque hay muchos procesos para producirla, algunos pueden ser: Destilación al vacío, donde se recupera el etanol del vapor generado a una temperatura menor a la del hervor.
También mediante Ósmosis inversa, que es cuando se separa el etanol por medio de una membrana impermeable, la cual sirve para eliminar el contenido de alcohol de la cerveza a menos del 0.5% de alcohol por volumen.
¿Por qué es importante la denominación Cerveza?
El que un producto se llame de cierta forma se le conoce como Denominación de Origen, y es importante porque es una garantía de que dicho producto cumple con una serie de condiciones, como calidad, características, país de origen, entre muchas otras.
La página de la Secretaría de Economía federal apunta, por ejemplo, que la denominación de origen da fe de que un producto tiene:
- Características únicas o calidad especial que lo individualizan entre los productos de su misma especie.
- Características o calidad especial derivadas exclusivamente de factores naturales y humanos.
- El producto es identificado o designado con el nombre del lugar en que se produce.
Un dato curioso es que la denominación de origen no es un título que se tramite o una autoridad lo dé, sino que es una distinción que el pueblo va haciendo a través de los años por su uso y reconocimiento y posteriormente es protegido por las normas vigentes.
Por ello, una vez que ya hay una denominación de origen y se sabe que un producto, en este caso la cerveza, tiene ciertas características reconocidas desde hace miles de años, cualquier otro producto que quiera llamarse de esa forma, debe cumplir con esas particularidades, pues es una forma de proteger y garantizar la calidad y cualidades del producto.
Así que, en estas fiestas patrias, si tu intención es consumir una bebida no alcohólica, la recomendación es revisar la etiqueta, donde debe venir especificado los grados de alcohol e ingredientes.
En el caso del consumo de la cerveza, la Profeco recuerda que el abuso en el consumo de alcohol es nocivo para la salud, por ello, lo mejor, es que no te excedas y la ingieras con moderación para disfrutar de una excelente noche mexicana, y ¡salud!
Nota publicada en El Sol de Orizaba