Los Pueblos Mágicos de Veracruz obtuvieron dicho reconocimiento por su alto valor cultural e histórico por lo que los relatos de la población han permitido que el turismo se acerque a ciudades como Orizaba, Coatepec, Córdoba, Zozocolco, Xico, Papantla, Naolinco y Coscomatepec para conocer los callejones, monumentos, edificios y sitios famosos que dan vida a algunas de las leyendas más importantes de México.
Durante junio resuena la historia de la “Cueva del Encanto”, sitio ubicado en la conocida barranca de Jamapa, a un costado del puente con dirección al municipio de Huatusco; allí se encuentra una imagen de la Virgen de Guadalupe, sin embargo, es la entrada de una supuesta cueva.
Cuenta una leyenda narrada por pobladores que un grupo de amigos asistió al río cerca de las fechas de San Juan (24 de junio) y fue allí donde una luz deslumbró a uno de ellos; al escalar se encontró con un orificio, mismo que dio paso a la localización de una cueva.
Al interior de la cueva, dicen, había joyas, oro y otros artefactos valiosos; el joven emocionado comenzó a escuchar una voz que susurrando le decía:
Puedes tomar todo lo que quieras pero si no te apresuras probablemente no encuentres la salida
Este hizo caso omiso a la advertencia de aquella extraña voz y prosiguió a tomar toda joya que cupiera en sus manos y entre su ropa. Al percatarse de que no había un objeto más que pudiera tomar regresó al lugar donde presuntamente estaba la entrada perdiéndose así la oportunidad de salir.
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Se dice que años más tarde otro destello sorprendió nuevamente a un grupo de amigos y fue entonces cuando de la cueva uno de los jóvenes vio salir a un hombre viejo y de aspecto enfermo que le preguntó el año en el que se encontraban descubriendo así que había pasado 50 años atrapado en la Cueva del Encanto.
El anciano advirtió al joven que no entrara engañado por esa misma voz que él escuchó pero este ignoró las palabras del primer hombre que había entrado a la cueva y lamentablemente nunca se volvió a saber de él.
Según anécdotas, el anciano decía que nunca sintió el tiempo, si acaso le pareció un parpadeo después de que se cerrara y se volviera a abrir la cueva, pero ya habría consumido casi toda su vida debido a que supuestamente pasó cinco décadas encerrado.
Se cree que para que esto no volviera a pasar, el hombre mandó a poner una imagen sagrada y a bendecir el lugar encantado para que la voz maligna no volviera a quitarle años de vida a nadie por ambición.
Esta leyenda forma parte del libro "Las leyendas del lugar de piedras" del autor Humberto Luna.