La leyenda de Las Tepas, espíritus que causan terror en el río Tancochin

Entre los paisajes de verdes montañas, esta enigmática historia mezcla misterio, naturaleza y lo sobrenatural, convirtiéndose en un relato que ha cautivado a lugareños y visitantes

Misael Viveros / El Sol de Córdoba 

  · sábado 16 de noviembre de 2024

La leyenda se remonta varias generaciones atrás donde adultos mayores de la huasteca veracruzana se refieren a una mujer de tez blanca, de largo cabello y “una gracia sin igual” | FB: @H. Ayuntamiento de Tancoco

En la zona norte de Veracruz se encuentra el municipio de Tancoco. De origen huasteco “Tan-Cucun” significa y también es conocido como “Lugar de Palomas”, además de “Canoa donde toman agua las palomas” o “Lugar de Nubes”.

Ubicado entre Naranjos, Tepetzintla, Cerro Azul y Tamiahua, el sitio ha sido destacado por el Gobierno de México, ya que sobre él atraviesa un río que desemboca hasta la laguna de Tamiahua, donde es conocida una particular leyenda conocida como “La Tepa”.

Entre los paisajes de verdes montañas, esta enigmática historia mezcla misterio, naturaleza y lo sobrenatural, convirtiéndose en un relato que ha cautivado a lugareños y visitantes por igual, por lo que si no la habías escuchado, te compartimos un poco más sobre ella.

Leyenda de La Tepa de Veracruz, ¿cuál es la historia?

Destacado incluso por un artículo de la Comisión Nacional del Agua, la leyenda se remonta varias generaciones atrás donde adultos mayores de la huasteca veracruzana se refieren a una mujer de tez blanca, de largo cabello y “una gracia sin igual”.

Considerada por muchos como una mujer de belleza particular, la llamada Tepa era vista usualmente sobre los senderos de un río y, cuando estaba tranquila, era posible escuchar algunas melodías tristes que entonaba, mientras se disponía a bañar sobre el afluente.

Pese a que muchos lograban escucharla, jamás alguien logró entender alguna palabra de lo que decía, además de que las melodías que entonaba lo hacían con una voz melancólica, lo que fue extraño para varias personas.

Aunque lograba “encantar” a todo aquél que la observaba, la Tepa revelaba su verdadero rostro arrebatando la vida de muchos al verla de cerca, ya que contaba con ojos aterradores, piel amarilla, boca desencajada y filosas uñas.

Todo aquel que se adentraba en los senderos del río lograban sentir una fuerte ráfaga de viento, señal que alertaba sobre la presencia de la Tepa, además, de alguna forma extraña, los caminos se solían rodear de varias ramas de los árboles y arbustos que impedían tomar alguna salida. Con este escenario, la Tepa arrebataba la vida de toda persona que se aparecía sobre dicha zona, sin embargo, también se menciona que provocaba fiebres o incluso extrañas alucinaciones que duraban por días.

Tras varios casos, los lugareños encontraron una particular forma de protegerse de la Tepa con una especie de ofrenda. Consistía en colocar siete pequeñas cazuelas de barro con la misma cantidad de tazas de café, agua y aguardiente, además de comida. Junto a ellos también colocaban dos copaleros con brasas donde quemaban incienso.

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La historia también menciona que la comida era enterrada en un hoyo, el cual se hacía en medio de milpas, posteriormente se rociaba con el aguardiente, café y agua. Se menciona que este tipo de costumbres se siguen conservando en la actualidad como una forma de protegerse y ahuyentar a la conocida Tepa.

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