Veracruz, Ver.- Motivado por ayudar al medio ambiente y demostrar que la sociedad civil organizada puede lograr un impacto importante para cambiar el mundo en donde vive, Sergio Armando González Ramírez inició su camino hace seis años por el activismo ambiental de la mano con la agrupación civil Earth Mission.
Desde entonces, ha aportado su granito de arena para ayudar a la fauna silvestre desplazada de su ecosistema en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Alvarado, haciendo de este trabajo un estilo de vida de tiempo completo.
“Me decidí a ayudar la vida silvestre porque es un tema muy abandonado, es muy difícil tanto técnicamente como legalmente y por eso decidí irme por este tema en el que nadie estaba haciendo nada”, comenta.
Egresado de la carrera de Administración de Empresas, relata que su formación profesional ha sido clave para cumplir sus objetivos al frente de la asociación civil Earth Mission, que él fundó y que actualmente preside.
Su conocimiento le ha ayudado a conocer sobre los trámites que debe cumplir en el ámbito legal y gubernamental, la administración de recursos, el cumplimiento con requerimiento de autoridades y la gestión.
Al mismo tiempo, se ha especializado con diversos diplomados sobre el manejo de fauna silvestre y medio ambiente, fortalecido, además, su experiencia en sus primeros dos años inmerso en el activismo en la Fundación Yépez ubicada en Nautla y referente del rescate de la tortuga marina en el país.
Sergio Armando destaca que en el trabajo que realiza es apoyado por su esposa, quien es bióloga de profesión y contribuye de manera importante para la conservación y rescate de fauna silvestre.
De esta forma, es que de manera diaria contribuye en el rescate y reubicación de especies endémicas de la región como tlacuaches, osos hormigueros, puercoespín, víboras y diversas aves que resultan afectadas por la presencia del hombre.
Aunque afirma que en su caminar ha tenido múltiples satisfacciones, reconoce que su camino no es fácil del todo, ya que se enfrenta a los pocos recursos económicos, la extenuante burocracia ambiental y el escrutinio público que emite juicios son involucrarse en el trabajo ambientalista.
En lo económico, el activista detalla que de manera mensual requiere de al menos 25 mil pesos para cubrir las necesidades de operación, que incluye la erogación de combustible, alimento para animales, medicamentos, consultas especializadas con médicos veterinarios y demás insumos para atender a la fauna silvestre rescatada.
Para cubrir estas necesidades, menciona que se reciben apoyos económicos de la sociedad civil en una menor proporción y el resto son recursos que obtiene a través de su trabajo que ofrece de manera privada.
“Muchas veces piensan que las asociaciones existen y se mantienen del aire, nos pasaba mucho el caso de que la ciudadanía nos exigía que fuéramos por algún animal, pero no pensaban si teníamos gasolina o recursos para movernos, por ese lado es difícil ser activista ambientalista, porque la sociedad no conoce realmente lo que es una asociación civil”.
Sergio Armando González menciona que para obtener recursos ha aprendido a que su trabajo debe ser autosustentable, por lo que además de los rescates, brinda servicios privados a fraccionamientos en donde la fauna silvestre busca regresar a su antiguo hábitat, entre asesorías ambientales y servicios de control biológico.
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Otro aspecto en donde ha encontrado obstáculos o dificultades es en el ámbito legal, ya que existen dos extremos en la regulación para quienes se involucran con el medio ambiente y la fauna silvestre, que son la sobreregulación o la falta de reglamentación.
Sergio afirma que en México y Veracruz, ser ambientalista de vida silvestre lo pone “bajo la lupa”, pues de manera incongruente en las leyes no existe la figura de rescate animal, pero si está normada la tenencia de algún animal.
“Tal parece que las leyes están hechas para que las personas que quieren hacer algo bueno tengan que sacar mil y un permiso, pasar por las filas de la burocracia en México, cuando quienes están violando la Ley no les hacen nada”.
Por otra parte, su trabajo se encuentra bajo el escrutinio público, ya que son constantes las amenazas o criticas que no realizan ninguna aportación a su trabajo, que vienen de personas que se sienten incómodas con el activismo que realiza o que desconocen realmente el trabajo que realiza.
Nos dicen que por ahí no es, que le bajemos, empiezan a difundir notas para difamarte, es otra de las cosas que nos afecta
Pese a todo, Sergio Armando González afirma que el rescate de fauna silvestre es una pasión que seguirá ejerciendo durante los próximos años, ya que contribuir con la naturaleza y ver a los animales en libertad reincorporándose al medio ambiente, es una de las mayores satisfacciones que lo motiva.
Nota publicada en Diario de Xalapa