Si hablamos en materia educativa Veracruz es un Estado que ha destacado en México, ya que en esta entidad federativa se han destacado grandes hombres y mujeres que a lo largo de la historia han luchado por impulsar la educación de niños, jóvenes y adultos a lo largo y ancho del territorio mexicano.
Basta recordar al ilustre Carlos A. Carrillo, un cordobés quien nació un 27 de julio de 1855 en la ciudad de los 30 caballeros y que al ser adulto se convirtió en uno de los principales impulsores de la educación, no solo de Veracruz sino de México.
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Ya que él junto con otros ilustres mexicanos trabajaron para llevar la educación a las regiones más apartadas del país, además de que su ideología siempre fue que el dar educación a las nuevas generaciones era una herramienta que les permitiría tener una mejor calidad de vida.
Ahora bien, es cierto que grandes hombres lograron importantes hazañas en materia educativa, pero no hay que dejar de lado el papel de algunas importantes mujeres y sobre todo de una en particular que también nació en Córdoba.
Ana Francisca de Irivas primer feminista de Córdoba
Nos referimos a Ana Francisca de Irivas quien nació en 1704 en Córdoba, y quien fuera hija del segundo matrimonio de Doña Agustina de Dávila Barrientos y de Don Lope Antonio de Rivas, quien fue un hombre conocido por ser el típico machista de la época que consideraba a las mujeres como un artículo más del hogar, es decir él veía a su esposa e hija como un personal más de la casa sin voz ni voto.
Gracias al historiador Carlos Vergara se sabe que, para la mala suerte de Ana Francisca de Irivas su padre acordó casarla a muy temprana edad, es decir a los 14 años ya estaba siendo comprometida con él que sería su esposo, y obviamente esto era un arreglo entre familias para conservar su estabilidad económica.
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El hombre seleccionado para ser compañero de vida de Ana Francisca de Irivas fue Lorenzo de la Torre, quien tenía una considerable suma de dinero, además de ser dueño de esclavos, joyas, terrenos y otros artículos que le hacían tener un valor social y económico en la burguesía.
El joven esposo era dueño de la hacienda “Nuestra Señora de Guadalupe”, ubicada en la actual Patrona en el municipio de Amatlán de los Reyes.
Después de cuatro años de estar casada Ana Francisca de Irivas enviudó, motivo por el cual se hizo acreedora a recibir la fortuna de su esposo sumado a los bienes que le habían heredado sus padres, esto hizo que la cordobesa acumulara una importante suma de dinero.
Es por ello que a mediados del siglo XVIII Ana Francisca de Irivas tenía 40 años, era viuda, sin hijos, pero eso sí con una suma de más de 20 mil pesos de esa época, lo cual representaba una gran fortuna.
Ana Francisca de Irivas siempre tuvo presente lo malo que había sido su padre en vida, ya que además de no dar un valor a las mujeres, el hombre siempre se aprovechó de los esclavos que compraba y hacía trabajar hasta dejarlos sin aliento, como si fueran animales de carga.
Fue por ello que al quedar en libertad, es decir sin padre y sin esposo que la controlaran, tomó una de las decisiones más importantes de su vida, que fue consagrar su vida y fortuna en beneficio de los más desamparados.
Esto la orillo a que su trabajo se enfocara en el tema educativo y defensa de los derechos de los grupos más desprotegidos de la época, es decir de niñas españolas huérfanas y en situaciones precarias.
Hay que recordar que durante su vida en México se vivía bajo un régimen machista, en donde los grupos vulnerables no tenían voz ni voto y mucho menos acceso a la educación para acceder a una mejor calidad de vida.
Fue en el año de 1754 cuando Ana Francisca de Irivas solicitó al Cabildo de Córdoba la construcción de una “casa de recogimiento de mujeres de mal vivir”, lo que sería un asilo para mujeres dedicadas al oficio más antiguo del mundo.
Fue en esas fechas cuando pensó en otra de sus grandes obras, nos referimos a la construcción de un colegio y asilo de niñas pobres, para que tuvieran las herramientas de convertirse en mujeres trabajadoras e independientes.
Fue en el año de 1788 cuando Ana Francisca de Irivas falleció pero en su testamento deja estipulado que se destinará una gran cantidad de dinero para hacer realidad su sueño de tener ese colegio para las niñas.
Pero fue hasta el año de 1793 que el proyecto del colegio logró ser concluido y puesto en marcha, en el proyecto se contempló una iglesia, una huerta, habitaciones para las maestras y las religiosas así como grandes patios.
El complejo fue construido en pleno centro de Córdoba, y a la fecha ocupa los edificios donde se encuentra la escuela “La Cantonal”, “Francisco I. Madero” y el Centro Cultural la Capilla.
Todo su legado hizo que, cuando se construyó en Córdoba la escuela gubernamental para niñas, se le pusiera como nombre “Escuela Primaria Ana Francisca de Irivas”, popularmente conocida como La Mascarón, ubicada en la Avenida 3 y Calle 9.
Sin duda que Ana Francisca de Irivas fue una mujer que impulsó a otras mujeres, por ello en la actualidad algunos grupos feministas la han llamado la primer feminista de Córdoba así como la primera en impulsar el desarrollo educativo de las mujeres en la región centro de Veracruz, y tú ¿ya conocías la historia de esta gran cordobesa?