Aunque la temporada de Día de Muertos y Halloween, junto con todo el misticismo que se encuentra cerca de ellas prácticamente ha pasado, siempre hay algo que perdura para ser recordado como las leyendas.
Veracruz es de las entidades consideradas como especiales para este tipo de relatos, pues se puede encontrar cientos de ellas, ademas de guardar algunas que se cuentan en zonas muy especificas de la región.
En esta ocasión, te compartimos la historia del particular “Sambomono” que se cuenta se desarrolló en Tres Zapotes, localizado entre el municipio de Tlapacoyan, Ángel R. Cabada y Santiago Tuxtla, ¿la conoces?
Leyenda de “el Sambomono” en Veracruz, ¿de qué trata?
La historia menciona a un niño solitario de nombre Juan al que usualmente todos se referían únicamente como “Juanito”, pequeño que vivía con su padre en el pueblo de Tres Zapotes.
El niño no solía compartir sus cosas o jugar con otros pequeños, algo que le extrañó a más de uno, pues incluso cuando todos acudían a nadar al río, Juanito se alejaba de todos y lo hacia solo.
- Te puede interesar: La Leyenda de la tapacaminos, un fantasma que se aparece en la carretera Xalapa-Banderilla
Un día, como siempre ocurría, Juanito se encontraba nadando apartado de los demás, sin embargo, los niños decidieron espiarlo para ver por qué siempre se alejaba de todos, para su sorpresa, Juanito tenía todo el cuerpo cubierto de pelo, además de que le colgaba una cola, acto que provocó que el niño fuera víctima de muchas burlas.
“Juan, el oso” fue uno de los apodos con el que los demás niños se burlaban de él, mientras lo tocaban o incluso se acercaban para intentar jalar su cola, lo que provocó que escapara para buscar a su padre.
Tras explicarle lo que sucedió, el pequeño le expuso que no quería volver nunca más a la escuela o salir al río, pues muchos habían descubierto su secreto que generó cientos de burlas y que provocó enojo en él.
Todo esto lo orilló a querer abandonar el pueblo, idea a la que se negó rotundamente su padre, pues intentó convencerlo en no dejar que los comentarios de los demás lo afectaran, sin embargo, no lo logró, ya que Juanito estaba dispuesto incluso a matar a todo aquel que lo volviera a agredir.
Decidido a escaparse a vivir en el monte, el padre no tuvo otra opción más que aceptar la decisión de su hijo con la única esperanza de visitarlo de vez en cuando. Para hacerlo, el niño le advirtió que debería anunciar su llegada con un pequeño caracol de mar para que no lo confundiera con otra persona.
Así ocurrió durante algunos días pero con el paso del tiempo comenzaron a escucharse desgarradores gritos en la zona, además de que varias personas que visitaban el monte jamás regresaban, lo que causó pánico en la zona.
A pesar de esto, algunos se aventuraban a pasar por el monte y en una de esas ocasiones lograron apreciar a un ser humano con el cuerpo completamente cubierto de pelo y con una cola que colgaba: la gente lo comenzó a llamar “el Sambomono” a quien atribuían los aterradores gritos que se escuchaban en ese lugar, ademas de las personas desaparecidas.
Su padre, al escuchar todo tipo de historias, recomendó a todo aquel que decidiera pasar por el monte que utilizara un pequeño caracol de mar para anunciar su paso, pues esa era la única forma segura de continuar sin ser dañado.
La idea funcionó, pues el padre logró salvar muchas vidas tras compartir ese consejo, sin embargo, nadie sabía que se trataba del pequeño Juanito.