Cuando estamos pasando por un momento de duelo o tristeza, o incluso cuando una película nos pone melancólicos o nos conmueve, algo en nuestro pecho se oprime, sentimos claramente cómo nuestros ojos se llenan de lágrimas y lloramos.
A veces pueden ser unas cuántas lágrimas discretas, pero a veces es un franco llanto fuerte; a veces podemos calmarnos respirando, pero otras lloramos “a moco tendido”.
¿Después de llorar nos sentimos mejor?
Pero, ¿llorar realmente sirve de algo? La psicóloga y especialista en salud mental, Isabel Cristina León Sequeda, nos dice que sí: llorar es útil y beneficioso para la salud.
Te podría interesar: Aroma del aceite esencial de romero mejora el conocimiento de infantes dentro del aula, afirma estudio
“Es útil tanto desde la psicología como desde la neurociencia. Investigaciones sugieren que el llanto emocional está vinculado con varios efectos positivos a nivel psicológico y fisiológico”, indica la experta en procesos de duelo.
Explica que desde un punto de vista neurocientífico, “el acto de llorar ayuda a liberar endorfinas, que son neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales, lo que puede generar una sensación de alivio después de haber llorado. Además, llorar libera oxitocina, conocida como la hormona del bienestar, que contribuye a la regulación del estrés y promueve una sensación de confort”.
Nos dice que investigadores en psicología han estudiado a lo largo de los años el impacto del llanto en el estado de ánimo, demostrando que, aunque inmediatamente después de llorar las personas pueden sentirse peor, sí hay una recuperación que culmina en una mejora del estado de ánimo con el tiempo.
“Otros estudios destacan que el entorno en el que ocurre el llanto también es crucial. Si la persona que llora recibe apoyo emocional, es más probable que se sienta mejor después".
¿Ya nos sigues en Google News Showcase? Es gratis
En resumen —indica León Sequeda— llorar no solo es un mecanismo natural de respuesta emocional, sino que también tiene beneficios importantes para el bienestar mental y emocional, siempre que ocurra en un entorno de apoyo adecuado.
¿“Aguantarse” el llanto es malo para la salud?
A veces nos da vergüenza llorar o incluso sucede que no tenemos tiempo de llorar debido a las actividades que tenemos en nuestro día a día; entonces terminamos reprimiéndonos; y aunque creemos que no pasa nada y hasta podríamos pensar que somos muy fuertes por aguantarnos el llanto, la psicóloga nos indica que esto no es así.
Lee más: Medicamentos tirados a la basura contaminan agua y suelo; urge aprender a desecharlos
“Aguantarse el llanto, o reprimir las lágrimas, puede tener efectos negativos tanto desde la perspectiva psicológica como neurocientífica”
Y nos explica que son cuatro las áreas en las que puede haber afectaciones por no permitirnos llorar:
- Impacto emocional: Desde el punto de vista psicológico, reprimir el llanto puede intensificar el malestar emocional en lugar de aliviarlo. Estudios han mostrado que las personas que se permiten llorar suelen experimentar una mejora en su estado de ánimo después de expresar sus emociones, mientras que aquellas que reprimen sus lágrimas pueden prolongar o aumentar su angustia.
- Estrés fisiológico: Reprimir el llanto también puede llevar a un aumento en los niveles de estrés. Cuando lloramos, el cuerpo libera hormonas como la oxitocina y las endorfinas, que ayudan a calmar el sistema nervioso y reducir el cortisol, la hormona del estrés. Al evitar el llanto, se pierden estos efectos calmantes, lo que puede contribuir a un aumento en la tensión física y emocional.
- Efectos en la salud mental: Evitar el llanto también está relacionado con problemas a largo plazo en la regulación emocional. Según el investigador Ad Vingerhoets, llorar es una forma de procesar las emociones difíciles, y reprimirlo puede derivar en un manejo inadecuado del estrés y la ansiedad, lo que puede afectar la salud mental en general.
- Tensión física: Desde la neurociencia, evitar llorar puede provocar una activación prolongada del sistema simpático, la parte del sistema nervioso responsable de la respuesta de "lucha o huida". Esto puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, generando síntomas físicos de estrés como dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular.
¿Llorar siempre es bueno o puede ser un signo de alarma?
Isabel León Sequeda indica que el llanto puede volverse un signo de alarma o ser negativo en ciertos contextos; aunque el llanto generalmente es una respuesta emocional saludable, cuando se presenta de manera excesiva o incontrolada, puede ser un indicio de problemas más profundos.
Alerta algunos ejemplos de cuándo el llanto de una persona o incluso de nosotros mismos debe ser una señal de alarma: “cuando se da un llanto crónico o excesivo: Si una persona llora con frecuencia sin una razón clara o por estímulos mínimos, podría estar experimentando una condición de fondo como depresión o ansiedad”
También cuando el llanto no da alivio emocional: “normalmente las personas se sienten mejor después de llorar, ya que el acto de llorar ayuda a liberar tensión emocional. Sin embargo, si una persona no experimenta alivio después de llorar o, por el contrario, se siente peor, puede ser un signo de que está lidiando con una sobrecarga emocional o un trastorno psicológico más grave”.
Agrega que el llanto persistente combinado con otros síntomas como fatiga extrema, cambios significativos en el apetito o el sueño o pensamientos de autolesión puede ser un indicador de depresión clínica o ansiedad severa. “En estos casos, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental”.
Expone que el llanto inapropiado también es digno de alarma: “si alguien llora en situaciones que no suelen provocar llanto, como en momentos neutros o incluso felices, puede estar experimentando dificultades en la regulación emocional. Este tipo de llanto desregulado puede estar vinculado a afecciones neurológicas o psicológicas, como el trastorno afectivo pseudobulbar, una condición que afecta el control emocional en personas con lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas”.
Finalmente indica que si bien cuando estamos pasando por un momento difícil podemos “soltarnos” en llanto hasta haciendo la fila de las tortillas, llanto no debe interferir significativamente con nuestro día a día.
“Si el llanto interfiere las relaciones sociales o el trabajo, puede ser un signo de que algo no está bien, porque en este caso el llanto deja de ser una liberación emocional saludable y se convierte en un obstáculo para el bienestar”.
Encuentra aquí nuestra página de Facebook y entérate de las mejores noticias