Córdoba, Ver.- Al interior de los bosques veracruzanos se ocultan maravillas poco exploradas y explotadas a nivel turístico que pueden desencadenar grandes historias como las piedras barcinas.
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No se sabe si en la zona centro de Veracruz, es decir, en municipios como: Córdoba, Amatlán de los Reyes, Fortín de las Flores, Atoyac, Yanga, Paso del Macho, Coscomatepec, Huatusco, entre otros existan estas colosales rocas, pero sí podemos confirmar su existencia y además que los pobladores conocen leyendas sobre ellas ¡El tema favorito de muchos!
Leyenda de la barcina de Cuitláhuac
Del único sitio que se tiene registro de una barcina es en el municipio de Cuitláhuac, de hecho el guía José Said Castillo Blanco publicó un video en YouTube profundizando sobre este tema y narrando la historia de los peregrinos que por pecar terminaron petrificados dando pie a la leyenda.
Aunque se dice que el grupo de peregrino siguió su camino una pareja de jóvenes se perdió entre los cañaverales y en un momento de debilidad se dejaron llevar por la pasión siendo infieles a sus respectivas parejas y por ello terminaron hechos piedra como castigo.
Por muchos años trataron de mover dichas piedras sin éxito hasta que se percataron que solo una se dejaba maniobrar con facilidad, se cree que el hombre de la historia, mientras que la mujer permanece sin intención alguna de moverse. Mencionan que para las siembras ha “estorbado” por lo que de muchas maneras han intentado quitarla, insulso con dinamita sin éxito alguno.
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Ahora estas piedras forman parte de los atractivos del municipio.
Hay otras barcinas en Veracruz
Pero no es la única en Veracruz; de acuerdo con José Antonio Sánchez, guía turístico de Teocelo, en los límites de este municipio y el de Cosautlán se encuentran “Las Barcinas”, unas piedras movibles poco conocidas ya que se requiere adentrarse a la profundidad del bosque por al menos 30 minutos.
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Para encontrarlas se debe atravesar la congregación de Las Lomas y seguir un sendero corto dentro de la comunidad de Teczin; aunque a simple vista son dos piedras juntas sobre otra de mayor dimensión que aunque para muchos no sea algo impresionante estas pueden moverse, según testigos, solo con un dedo.
Antonio señala que no se tiene un registro de cuánto tiempo llevan esas piedras allí, ni sobre quién las descubrió pero ha impresionado a muchos el hecho de poderlas mover sin esfuerzo alguno a pesar de que las rocas sean más grandes que un cuerpo adulto, es más, los brazos no rodean ni una tercera parte de la barcina.
Dicen que ahora están enojadas, esto porque cada vez es más complicado moverlas, y es que en la zona se cuenta una interesante leyenda sobre ellas.
La leyenda dice que son en realidad una pareja que se convirtió en piedra al no poder estar juntos para toda la vida como deseaban y que con el paso del tiempo la distancia que había entre ellas se ha reducido.
El padre de la mujer no permitía tal relación y durante una huida de los enamorados fueron perseguidos por el hombre quien cegado por el odio hacia el joven los logró alcanzar hasta donde hoy reposan las piedras y con una fuerza descomunal hirió de un machetazo a la pareja de su hija dejándolo desangrarse hasta morir.
Tan grande fue el deseo de ellos de permanecer juntos que se convirtieron en las piedras barcinas, es por ello que una de las rocas tiene una gran línea, dicen, es la cicatriz del machetazo que recibió por parte de su suegro.
