Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara Aguirre y del Pino, ¿quién fue este veracruzano con más de cinco nombres que cautivó con su poesía hecha canciones a millones durante décadas y que sigue sonando por los rincones del país? Ese personaje es Agustín Lara, el compositor con un nombre tan largo como su trayectoria y talento.
¿Dónde nació Agustín Lara?
Sobre el nacimiento de esta leyenda de la música romántica, de boleros, vals, sones, y más se conocen tres versiones. La primera señala que Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara Aguirre y del Pino nació el 14 de octubre de 1900 en Tlacotalpan, Veracruz, pero que a los 6 años de edad viajó con su familia a la Ciudad de México donde vivieron con la hermana mayor de su madre, Refugio, en Coyoacán.
Esta versión es la más aceptada y extendida no solo por sus paisanos veracruzanos, sino por sus admiradores y el propio Agustín, pues su amor y letras donde menciona a la tierra que él llamó hogar podrían ser la confirmación de esta teoría, pero otros datos señalan que no es así.
Hay quienes cuentan que nació en 1897 en el estado de Puebla, sin saber exactamente el lugar.
Sin embargo, el periodista Jaime Almeida relató en los años sesenta que había encontrado el acta de nacimiento de Agustín Lara, como fue acortado su nombre en el medio artístico, y que en ella consta que sí nació en 1900, pero en la Ciudad de México.
¿Por qué se usaban nombres tan largos en México?
La investigación titulada “Los nombres de pila en México desde 1540 hasta 1950”, del historiador, filólogo, lingüista y profesor norteamericano Peter Boyd-Bowman, muestran las modas y costumbres de los nombres con que se han bautizado a los mexicanos desde hace casi 500 años.
El historiador norteamericano recopiló datos biográficos de miles de pobladores de la Nueva España, la que en 1821 pasaría a ser ya la República Mexicana tras consumarse la Independencia de México.
En su estudio cronológico-estadístico, Boyd-Bowman señala que los nombres de pila en México tuvieron tres etapas principales desde 1540 hasta 1950.
La primera etapa que abarca de 1540 hasta 1660, se caracterizó por nombres sencillos y poco variados para ambos sexos, siendo Juan, Diego, Francisco, Pedro, Antonio, Alonso y Luis los más comunes para varones, y María, Juana, Isabel, Ana, Catalina y Beatriz para mujeres.
La segunda etapa va de 1675 a 1890, donde los nombres reflejan el fervor religioso de los mexicanos, entrando aquí la moda o costumbre de nombres largos y llenos de advocaciones a la Virgen, diversos santos y a la Sagrada Familia.
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Los nombres que mostraban la fe religiosa en aquellas épocas y que se volvieron comunes son: Asunción, Concepción, Encarnación, Guadalupe, Natividad, Rosario, además de Candelaria, Dolores, Loreto, Nieves, siguiendo con Carmen y Carmelo. También se usó Luz, Ángeles, Pilar, Soledad, Refugio y el que sigue prevaleciendo, Guadalupe.
Algunos de los más comunes y largos de esa época son:
- Joseph María de Jesús
- María Guadalupe Josefa de Jesús
- José María Ponciano Bruno Juan Nepomuceno Luis Gonzaga
- José Mariano Joachín Luis Gonzaga Francisco de Paula
- Luis Gonzaga José María Abraham Ciriaco Nepomuceno Francisco de Paula
- María de la Concepción Manuela Josepha Joachina Ana Rafaela Ramona Cleofas Demetria Francisca de Paula Luisa Gonzaga de la Santísima Trinidad
¿Por qué se dejaron de usar los nombres largos en México?
La respuesta a esta incógnita podría resolverse con la tercera etapa de los nombres de pila en México, ya que a partir de la Revolución Mexicana en 1910, la transición política podría haber hecho que el tono religioso en los nombres de los recién nacidos haya cesado.
Tras la Revolución Mexicana se fue extinguiendo el gusto, moda o costumbre de darle varios y largos nombres a los recién nacidos, y los que había eran por elección de los padres, aunque no se sabe a ciencia cierta porque se dejaron de usar, lo que sí se sabe es qué nombres siguieron siendo los más usados.
Para niñas, María fue y sigue siendo el más usado en el país, en cuanto a los varones Juan es el que más se continúa repitiendo en los registros. Guadalupe, Luz, Carmen, Dolores, Concepción y Consuelo vuelven a ser comunes.
Enrique, Carlos, Alfonso, Francisco, Fernando, Eduardo, Alberto, y Jorge son los que se dan a los niños en la época, así como Adolfo, Bernardo, Ernesto, Ramón, Álvaro, Anselmo, Dagoberto, Edmundo, Alfonso y Abelardo los que se van poniendo de moda.
Aunque no todos usaban nombres tan largos, pues tal como lo menciona Peter Boyd-Bowman en su investigación, esto era netamente por lo exótico u original que les resultaba a los padres de los infantes bautizados, pues la variedad y cantidad de nombres no tenía un fin práctico finalmente.
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Así que desde los primeros años del siglo XX, los nombres mexicanos dejaron de usarse con más de dos elementos, en el caso de las niñas, y en los varones fue conveniente que fuera sencillo, con un solo elemento.
El historiador norteamericano remarca que la elección de los nombres para los recién nacidos eran solo de los padres, pues se adaptaban al gusto, costumbre y moda de la época en que se usaban.
¿Qué nombres largos conoces que aún se usen en México?
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