Jimena Atuán Rodas, médico especialista en audiología, convoca a la población a cuidar sus oídos en las fiestas patrias; advierte que la exposición a los ruidos emitidos por cohetes y fuegos artificiales puede ocasionar lesiones irreversibles y traumas acústicos agudos.
El oído, explica, tiene las células más pequeñas y las más delicadas de todo el organismo y se ven afectadas cuando hay cambios súbitos; no tiene la capacidad para compensar o para adaptarse a los denominados ruidos discontinuos.
Al referirse a los traumas acústicos agudos, detalla que se dan cuando hay un golpe de ruido muy fuerte y queda un daño a nivel celular sin posibilidad de recuperación.
Una vez que se dañan las células del oído ya no se pueden regenerar porque hubo un ‘shock’ tan grande que no pueden volver a su estado normal
¿Qué se puede notar después de estos traumas? Por lo general, tinnitus (zumbidos), falta de percepción del sonido y problemas de mareos, vértigo y estabilidad a la marcha al estar afectado todo el sistema del oído interno que se encarga también del equilibrio.
Es común que los pacientes que presentan acúfenos (silbidos en uno o en ambos oídos) sean más propensos a tener problemas de ansiedad, estrés e insomnio, lo cual lleva a otros problemas, da a conocer.
En niños, puntualiza, perder audición implica tener una afección en el desarrollo del lenguaje verbal, de su escolaridad y aprendizaje a lo largo de la vida.
Cultura de la prevención
La audióloga recomienda contribuir a la creación de una conciencia sobre los efectos permanentes que los ruidos pueden tener en la salud auditiva. Llama a estar informados y compartir datos importantes.
“Un cohete, un mortero, los fuegos artificiales, un petardo, pueden alcanzar hasta los 110-150 decibeles”.
Para protegernos, indica, los adultos deberíamos mantenernos alejados de la explosión por lo menos 15-20 metros, y los niños, todavía más. Sugiere que mantengan una distancia de 50 metros del sitio de detonación. A los humanos, arriba de los 85 decibeles, todos los ruidos nos causan daños.
Añade que el oído tiene mecanismos para protegernos de ruidos muy fuertes: en los adultos, el límite de presión sonora es de aproximadamente 140 decibeles y en los niños, 120, esto, para los ruidos continuos, normales.
“En el caso de los ruidos estruendosos como los fuegos artificiales, que se consideran discontinuos o impulsivos, o súbitos, no le dan el tiempo al oído para compensar esta exposición”, subraya.
Anota que un ruido discontinuo a cien decibeles por 15 minutos podría provocar un daño permanente, y como los fuegos artificiales pueden alcanzar los 110 decibeles, con esos, en unos pocos segundos podemos tener un daño auditivo irreversible.
Cuidados
Las indicaciones de la especialista son tratar de mantener la distancia de la fuente de sonidos: “por cada metro que nos alejamos, estamos disminuyendo 6 decibeles de intensidad”.
La última opción es usar protectores auditivos. Los que cubren toda la oreja pueden atenuar entre 30 y 35 decibeles, y los protectores de inserción, que pueden incluso estar a la medida, atenúan 20-25 decibeles. Si se pueden usar dos al mismo tiempo, sería mucho mejor.
“Lo importante es mantener la distancia y en niños, alejarlos o ponerles protectores de ruidos”.
¿Qué hacer ante la exposición?
“Si llegan estar expuestos por cualquier motivo y se presenta zumbido, mareo o incluso sangrado en el oído -hay estallidos tan fuertes que llegan a romper la membrana timpánica- se debe acudir a atención médica”.
El indicado es el médico especializado en audiología, quien trabajará en conjunto con el otorrinolaringólogo para poder dar un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.
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Jimena Atuán Rodas, gerente de soporte clínico de MED-EL, menciona que dentro de las pérdidas sensoriales, las auditivas son las únicas que no se pueden regenerar pero sí reemplazar.
Apunta que en MED-EL tienen solución auditiva para cada pérdida, aunque es necesaria una evaluación audiológica para poder determinar cuál es el nivel y tipo que se presenta y ofrecer la mejor solución.
Para más información, la médica está disponible en los números 55 39 93 10 28 y 55 34 61 74 32. También se puede visitar www.medel.com/esl.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa