NUEVA YORK. En días de viento, mantenerse a dos metros de distancia de otras personas puede no ser suficiente para evitar las gotas de saliva que contienen el patógeno.
En un estudio, publicado en la revista científica AIP Physics of Fluids, los investigadores que simularon las brisas y los vientos calcularon que, en las condiciones adecuadas, algunas gotas de saliva podrían viajar hasta cerca de seis metros desde una persona que tose o estornuda .
Otro informe, difundido en el Journal of Aerosol Science, también concluye que la actual política de distanciamiento social de seis pies (1.8 metros) "no es suficiente para proteger a las personas" contra la exposición al coronavirus de la tos cuando hay brisa o viento. No se sabe cuánto virus se necesita para que una persona se infecte. Si bien estos estudios son "importantes experimentos de reflexión", pueden no reflejar lo que está sucediendo en el mundo real, dijo el doctor Amesh Adalja, del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en Baltimore.
"Lo que vemos en el mundo real es una transmisión cuando hay un contacto cercano prolongado, por ejemplo entre gente que vive en el mismo hogar. No creo que esto sea una causa para cambiar las prácticas de salud pública mundial en cuanto a que seis pies (1.8 metros) es la distancia para separarse de otro individuo".
NARIZ VIEJA FOMENTA AL VIRUS
Nuevos estudios muestran que la nariz puede contener la respuesta a por qué los niños parecen menos vulnerables a la infección del padecimiento, y por qué la pérdida del olfato es un síntoma. Un estudio, publicado el miércoles en JAMA, encontró que en las personas mayores, las células que recubren el interior de la nariz producen más de la proteína de la superficie celular que el virus SARS-CoV-2 usa para entrar al cuerpo, llamada enzima convertidora de angiotensina II (ACE2).
Un segundo estudio, realizado en ratones, encontró que no sólo las células nasales de los roedores más viejos producía más ACE2, sino que producían más de la enzima TMPRSS2, que el virus también necesita para entrar en las células. Además, los investigadores dijeron el miércoles en la revista ACS Chemical Neuroscience que el ACE2 y el TMPRSS2 son producidos por las mismas células de la cavidad nasal que contribuyen a la detección de olores, lo que podría explicar la pérdida del olfato como un síntoma temprano.
MONOS CON INMUNIDAD
Dos estudios en monos ofrecen algunas de las primeras pruebas científicas de que sobrevivir a Covid-19 puede suponer inmunidad a la reinfección, así como un señal positiva de que las vacunas que se están desarrollando pueden tener éxito. En uno de los nuevos estudios, los investigadores infectaron a nueve monos con el virus. Después de que se recuperaron, el equipo los expuso nuevamente al virus y los animales no se enfermaron. En el segundo estudio, trataron a 25 monos con vacunas experimentales y luego los expusieron al coronavirus. En los animales vacunados, "vimos un grado sustancial de protección", dijo el doctor Dan Barouch.
Los estudios del Centro de Virología e Investigación de Vacunas del Centro Médico Beth Israel Deaconness de Harvard se publicaron en en la revista Science.
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