Sin duda todos los años en la Ciudad de los 30 Caballeros existen actividades para disfrutar, fiestas a las que puedes asistir, pero existe una, la cual fue de las primeras celebraciones que se realizaron en la entonces “villa”, junto cuando se le dio el título se le asignó la llamada advocación, es decir, una protectora o protector a cargo de la iglesia, en Córdoba la tarea fue de una virgen.
Fue a partir de los años de 1600 que la villa estuvo al cuidado de la Limpia y Puro Concepción de María La Virgen, de acuerdo al texto Historia General de Córdoba y la Región, la celebración a la virgen que cuidaba a todo el pueblo cordobés se realizaba cada 8 de diciembre, justo como se viene haciendo en la actualidad.
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Cabe señalar que en aquella época las fiestas en honor a los patronos y patrona que cuidaban las villas eran pagadas por los ayuntamientos, en Córdoba no era la excepción, al grado que era una de las fiestas más caras de la región, por ejemplo, se le repartía cera a los vecinos para pudieran iluminar sus casas.
El encargado del abasto de carne, era responsable de donar un animal para la corrida, en ese tiempo eran muy populares y no estaban prohibidas las corridas de toros, la cual se realizaba en la plaza de la villa; además de colocar farolas de papal en las casa reales y velas en la torre de la iglesia, no podían faltar los cohetes y a la hora de la salva, se deba de beber refresco a las personalidades.
Durante el año de 1771, para la fiesta de Nuestra Señora de la Concepción, el cabildo gastó cerca de 89 pesos, que se ocuparon en la compra de 18 docentes de cohetes, ocote, aceites y cerillos para encender las hachas y farolas de papel, junto a las velas que adornaron la torre de la iglesia y el curato.
Eran ten importantes que en esa tiempo, después de la hora de la salva, se le daba refresco y nieve, hecha con hielo traído del Pico de Orizaba, a los visitantes; durante la procesión, desfilaban los sastres, carpinteros, albañiles, herreros, zapateros, curtidores, arrieros y hasta el final, los indios y los negros, todo bajo la organización del cabildo local.
San José se jura como santo patrono de Córdoba
En 1685, nace otra fiesta que no tardó mucho tiempo en también ser de las mejores de la zona, era muy bonita, pero también muy cara, nos referimos a la fiesta patronal al señor San José, la cual también era pagada por el ayuntamiento, en esa fiesta se gastaban 16 pesos de la época, para mucho una fuerte suma.
Cabe mencionar que fue durante los siglos XVII (17) y XVIII (18) que la organización y gastos corrían por parte de los ayuntamientos, no solo las patronales, también se hacían cargo de las fiestas civiles, celebraciones de nacimientos y las bodas de sus gobernantes, príncipes y reyes, además de la celebración de las juras de los monarcas y los funerales.
Por dar otra cifra, de acuerdo al texto Historia General de Córdoba y la Región, los ayuntamientos llegaron a pagar hasta 6 pesos por las misas que se cantaron al Espíritu Santo el día primero de enero y por la fiesta de San Sebastián el monto era de 50 pesos.
Jueves de Corpus Christi en Córdoba
En la Nueva España no podía pasar desapercibida una de las fiestas más populares que era el jueves de Corpus Christi, era tan importante que se creaban muñecos gigantes por los que se pagaba la hechura de sus vestidos, junto a las personas que los cargaban).
Esos años en Córdoba, fueron azotados por las tempestades
Cabe destacar que ese tiempo, acompañando a las fiestas y alegría de los cordobeses, estaba los desastres naturales en la zona centro de Veracruz, desde terremotos y desgracias producidas por las lluvias, que traía desborde de ríos, inundaciones de los campos, plagas de langosta e incomunicación de ranchos y haciendas.
Un fecha marcado en el texto Historia General de Córdoba y la Región es un 13 de septiembre, dos semanas después de la fiesta de la patrona de la villa, Nuestra Señora de la Natividad, ocurrió el terremoto de 1790, el cual destruyó la cúpula de la iglesia de San Antonio, el techo de la cárcel y parte de las casas reales.