Orizaba, Ver.- Don Hipólito Reyes Larios, Arzobispo de Xalapa fue un hombre de gran calidad humana y las nuevas generaciones de seminaristas que buscan convertirse en sacerdotes deben tomarlo como ejemplo, mencionó el Padre Javier Yael Cebada Tejeda, coordinador de la dimensión de Catequesis en la Diócesis de Orizaba.
Al recordar a quien siendo Obispo de Orizaba lo ordenó sacerdote, dijo que don Hipólito fue un hombre de una gran calidad humana. “Eso se puede ir perdiendo o desgastando en cualquiera de nosotros como ministros, él siempre lo conservó incluso como Arzobispo, su calidad humana, su cercanía, siempre el gesto y el buen trato. Eso lo tengo muy presente”, dijo.
Esa forma de ser se reflejó en todo momento, pues nunca faltó el respeto a ninguna persona, a ningún sacerdote; era un hombre atento y paciente, esas son algunas de las enseñanzas que deja a los seminaristas en formación.
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“Nos deja muchas enseñanzas, a mí en lo particular por ser un hombre sencillo, cercano, amable y siempre con gestos sencillos, pero tan cristianos y profundos”, resaltó.
Recordó que recientemente, en uno de los momentos más difíciles de su vida, como fue la pérdida de su hermano César a quien le arrebataron la vida, el Arzobispo le dio gran consuelo. “Ante la pérdida de mi hermano fue uno de los que estuvo atento, me llamó por teléfono para darme sus condolencias y, después, cuando lo vi aquí en Orizaba platicamos cosas familiares. Me confortó mucho, me animó mucho, ese es otro de los gestos por los que mi familia está agradecida con él".
Finalmente, señaló que, aunque duele su partida física, le conforta saber que descansa en Dios, pues fue llamado a la presencia del Señor en domingo, lo que es para él un regalo, porque celebró en su presencia, el banquete eterno.