Reza la frase “renovarse o morir” y eso es justamente lo que el argentino Abel Pintos aplicará en los próximos meses. El siguiente año cumplirá tres décadas de carrera artística, por lo que, además de celebrar con shows, discos y nuevas canciones, el argentino le dará un giro total a su carrera.
A partir de ahora, su visión será conquistar otros países. Su primer paso será México, país al que espera considerar como su segunda casa, quiere radicar algún tiempo por acá, mientras comparte su música en Estados Unidos y Europa.
“Mi carrera ya tiene la madurez necesaria y también yo para darme la oportunidad de llevar mi versión de la música argentina al resto del mundo. En Sudamérica pude recorrer mucho Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay pero ya quiero ahora hacer un desarrollo serio”, afirmó Pintos en entrevista.
“En mi mente y en mi corazón, México quiero que sea la plataforma mundial para mi música como lo es Argentina para todo Sudamérica, que México sea mi tierra, mi lugar, mi hogar en el mundo y crecer desde aquí hacia otros países. Mi ilusión es llegar a todo el país, que mi música tuviera el alcance necesario en este país como para poder hacer lo que hago en Argentina que son giras por todo el territorio”, agregó.
Pintos comenzó su carrera a los 11 años de edad. Su música ha evolucionado de acuerdo a su crecimiento.
“Yo hacía las canciones que necesitaba hacer. Me decían que, a lo mejor estas canciones tenían que ser más cortas o con más estribillo y yo decía: ‘la canción dura lo que tiene que durar y tiene el estribillo que tiene que tener’, siempre tuve esa postura.
“Y hoy, me sigue pasando igual, no hago música para las redes sociales o para las nuevas plataformas, yo sigo haciendo mi música y ahí está el equipo de Sony y todos los que están detrás mío, para encontrar la forma de cómo esos sonidos pueden canalizarse a través de las nuevas tecnologías”, agregó.
Entre sus planes para celebrar sus treinta años de trayectoria están la publicación de varios discos. El primero es un material en donde Pintos fungirá como intérprete de sus canciones favoritas. Ejemplo de ello es el sencillo “De repente”, una versión personal e icónica de la canción de Soraya, de 1996.
“El año pasado iba de una reunión a otra en Buenos Aires, ahí manejando puse una playlist random para ir acompañándome con música y sonó esta canción y me di cuenta de que hacía muchos años que no la escuchaba, pero además me impactó muy profundo y me encontré llorando de emoción, realmente me conmovió mucho, por eso decidí hacer mi versión”, dijo el músico.
El tema, mismo que ya está disponible en plataformas, es un adelanto del disco que espera completar para mayo de 2025. Éste es la representación de la primera década de Pintos en la que fue intérprete, antes de lanzarse como compositor.
Le seguirá un material con una compilación de los mejores temas de su carrera, será un repaso por cada una de las eras que vivió.
La manera como encontró el equilibrio
Finalmente, el tercer álbum es de temas inéditos, con los que buscará cautivar a nuevos públicos.
Su celebración comenzará el 17 de agosto del próximo año y se extenderá hasta el 17 de agosto de 2026. En ese lapso también realizará una gira de shows por cada uno de los países que le ha abierto las puertas.
Paralelo, el oriundo de Bahía Blanca está escribiendo un libro que reúne distintas reflexiones que realiza como persona y artista, está ideando un podcast que, incluso, podría desencadenar en algún documental sobre su carrera.
El cantautor aseguró estar en equilibrio, ya que, a sus 40 años de edad, disfruta de los éxitos en su profesión y de los logros personales, como la unión de su familia y la próxima llegada de su tercer hijo.
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“Durante muchos años, mi vida personal y mi vida artística no estaban en equilibrio porque yo estaba específicamente enfocado en hacer música. El equilibrio comenzó con la llegada de mi mujer a mi vida, con el amor que compartimos Mora (Calabrese) y yo y cuando empezamos a formar una familia: Guillermina, nuestra hija más grande, luego llegó Agustín y en septiembre llegará Rosario, todo en estos últimos cinco años.
“Gracias a mis hijos vino el equilibrio porque empecé a entender las cosas de otra manera y empecé a soñar en conjunto y, a la vez, entender mi música y mi trabajo con otro esquema. A través de mis hijos cambié el ritmo, no es que vaya más despacio, sino que recorro los mismos metros, pero con menos pasos”, sostuvo.