Yeri Mua logró obtener el título de reina del Carnaval de Veracruz 2022, no obstante, aún falta algo muy importante: la corona, misma que le será entregada el próximo 2 de junio durante la coronación de los reyes y princesas que integrarán la Corte Real.
En esta ocasión la ‘Bratz Jarocha’ se vistió de sirena e hizo un homenaje a la leyenda de Tamiahua. Cabe destacar que la joven aprovechó para festejar que llegó a los 7 millones de seguidores en su página de Facebook.
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Yeri Cruz Varela lució un vestido entallado color verde que la hizo lucir como una criatura del mar o sirena. También portó una hermosa corona dorada con conchas y caracoles incrustados.
Posó a la orilla de playas veracruzanas y de inmediato hizo que se recordara una popular leyenda, la cual te contamos más adelante.
“Celebrando 7 millones de seguidores como toda una sirena. Gracias por tanto apoyo, las amo mucho ”, se lee en la publicación de Yeri Mua.
¿Cuál es la leyenda de la sirena de Tamiahua?
Veracruz es un estado lleno de cultura, belleza naturales, tradiciones, etc. Las leyendas son algo que abunda y una de las más populares es la de la sirena de Tamiahua; si no la has escuchado aquí te la contamos.
Según cuentan, hace muchos años, en un pueblito de Tamiahua, Veracruz llamado Rancho Nuevo vivía una viuda que se llamaba Damasia y su pequeña y hermosa hija Irene, quien tenía la piel color canela, ojos verdes y una larga cabellera negra.
Damasia había estado casada por varios años con Abundio, pero tras su muerte se dedicó a ser ayudante en la iglesia, por lo tanto, ella y su hijita tenían que trasladarse a diversos pueblitos para llevar la palabra de Dios y celebrar fiestas patronales.
En un Jueves Santo, Irene salió para juntar leña a un sitio llamado Paso de Piedras. Al volver a su casa se vio en el espejo y vio que estaba sucia, por ello decidió tomar un baño.
Su madre se percató de ello y de inmediato le dijo que no debía bañarse, pues en días santos ‘está prohibido’.
Irene ignoró a su mamá, tomó un jabón y se dirigió al pozo, dónde procedió a lavarse la cara.
Al poco rato se escucharon gritos; era la pequeña Irene suplicando ayuda.
Según cuenta la leyenda, en el pozo se desató una enorme ola que envolvió como por arte de magia a la niña, convirtiéndola en una sirena, su cabello negro se volvió rojo y sus piernas se transformaron en una cola de pez.
Se cree que la criatura fue arrastrada hasta la laguna, donde habitantes de la zona vieron un pequeño bote, en el cual estaba la sirena. Ella al ver a las personas les gritó: “¡Peten ak, peten ak!” (que en huasteco quiere decir giren) y se lanzó de inmediato al agua.
Desde aquel suceso, la madre de Irene regresaba a la laguna cada Jueves Santo, con la esperanza de volver a ver a su adorada hija.
No obstante, los pescadores afirman que se trata de un ser maligno, pues ahoga a todo aquel que la mira al rostro.
Hay quienes afirman que en ese lugar se siguen escuchando los cantos de este ser que antes era una hermosa e inocente niña.
Nota publicada en Diario de Xalapa