Orizaba, Ver.- Cientos de fieles que conforman la comunidad de la Rectoría de Nuestra Señora del Carmen participaron en la última Eucaristía que por última vez presidió en ese templo el padre Marcos Palacios Cárdenas, quien se despidió de la que fue su comunidad durante 16 años. El cambio del sacerdote es uno de los varios movimientos que dispuso el obispo de Orizaba Eduardo Cervantes Merino en distintas parroquias, mismo que comienzan a realizarse.
Al dirigirse Los fieles laicos, que llenaron el templo que se ubica en el centro de la ciudad, el sacerdote recordó que Dios pidió a la humanidad amarse unos a otros, "somos una comunidad, no estamos peleados; seguimos amando, es una característica cristiana. Las características del odio, la división, los rencores, de las habladurías no son de personas cristianas”, subrayó.
Recordó que el jueves llega el padre Antolín, quien durante muchos años fue párroco de la Catedral de San Miguel Arcángel, a las 7 de la noche y les invitó a recibirlo como lo que son, una iglesia, una comunidad.
Al término de la Eucaristía que congregó a cientos de laicos de todas las edades, lo despidieron con mariachis y mientras unos se arremolinaron a su alrededor, otros hicieron fila para pedir su bendición, darle un último abrazo y tomarse la foto del recuerdo.
El padre Marcos, como encargado de la Pastoral Social creó la Casa de la Misericordia que atiende a personas de muy escasos recursos y sin familia, a quienes proporciona alimentos, atención médica, acompañamiento espiritual; además de que procura que reciban ropa y calzado cuando les hace falta. A quienes requieren apoyo jurídico o psicológico, pero carecen de los recursos económicos se les apoya, gracias a la disposición de un grupo de especialistas que apoyan la labor que en ese lugar se da a los más necesitados.
Luchó y trabajó para abrir también la Capilla de Adoración Perpetua Monte Carmelo, la primera en la diócesis. A lo largo del tiempo, el sacerdote se ganó el cariño y respeto de su comunidad. La misa de los niños es de las más concurridas pues echa mano, por ejemplo, de los títeres para captar la atención de los niños. La Hora Santa tiene también muchos fieles cada jueves.
El padre Marcos continuará la labor que le encomendó el obispo Eduardo Cervantes Merino en la parroquia de San Isidro Labrador, en la congregación El Encinar, en el municipio de Nogales a partir del 7 de junio próximo.