ORIZABA, Ver.-La violencia en el estado y el país crece día a día, reconoció el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, quien pidió al gobierno federal y estatal que realicen acciones concretas para abatir ese y los demás problemas que afectan a la sociedad. Resaltó que no se trata de echar culpas o descalificar, sino de dar soluciones.
Tras dar a conocer las actividades de la Fiesta Patronal de San Miguel Arcángel, que comienzan hoy con la Entronización de las Sagradas Escrituras y concluyen el domingo 29 de septiembre, Día de San Miguel, se unió al dolor de quienes han perdido un familiar. “La iglesia no tiene el prejuicio de decir: andaban en cosas malas, pero tampoco ser ingenuos de que muchas personas andan en situaciones que provocan estas consecuencias”, resaltó.
Subrayó que el problema de inseguridad Acompaña Iglesia a familias de víctimas de desaparición forzada no concierne a una sola persona, por lo contrario, es responsabilidad de todos.
Tenemos que ir creando un ambiente de seguridad, paz y alegría en casa; construir ciertos elementos que nos permitan tener más grupos de contacto, con amigos vecinos y familiares, que los grupos parroquiales nos ayuden a crecer en la solidaridad, en el apoyo mutuo
Resaltó que los ejes que proponen quienes están al frente del gobierno para favorecer a la seguridad, tienen que ser claros y se deben conocer, para dar seguridad al pueblo. “Eso sí es responsabilidad de ellos. Que nos digan claramente, sin ambigüedades, sin descalificaciones; sin echar culpas a otros de lo que el pueblo les pidió que fueran responsables y que nos marquen cuál es la ruta que tienen en específico”, apuntó.
Subrayó que en la medida en que se aplique la ley, “lex dura, sed lex, dura ley, pero ley”, el problema de la inseguridad se podría resolver, pero si no se hace así, “estamos favoreciendo elementos que nos indican que nadie te va a castigar y entonces, podemos encontrar otras salidas. No tenemos recetas, no estoy juzgando, es un punto de vista personal”, indicó.
Dijo también ver con mucha tristeza que hay un claro retraso en cuestiones laborales y de salud, por lo que, si hay una buena administración estas mejorarán.
Ejemplificó que si se hacen bien las cosas, se resuelve la atención médica, la distribución de medicamento y todo lo que toca esos aspectos y no es con salidas fáciles como se pueden dar soluciones, sobre todo a problemas que le corresponde a la administración pública resolver.
“No me atrevo a decir que estamos peor, solo puedo decir que no le veo avance. Es una pena que nos encontremos así, yo no hago un llamado a nadie porque nos encontremos así, cada quien debe ser responsable”, acotó.
Por último, el prelado remarcó que la población se está deshumanizando. “Estamos viviendo una descomposición social que va creciendo; en la Iglesia queremos corregir lo que nos toca, que es precisamente la formación integral de la persona, desde el anuncio del Evangelio hasta la catequesis”, concluyó.